Puigdemont sigue prisionero de la CUP

El presidente salva la cuestión de confianza sin conseguir atar una mayoría que le garantice la aprobación de los presupuestos

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Carles Puigdemont ha superado la cuestión de confianza y lo ha hacho tal como estaba previsto, gracias a los diez votos de los diputados de la CUP, pero sin resolver ninguna de las dudas planteadas sobre la continuidad de su gobierno. Los anticapitalistas le han dado aire, pero, de momento, sólo hasta el debate de presupuestos, que el vicepresidente Oriol Junqueras planea presentar en las próximas semanas: Puigdemont intentó atar el apoyo de la CUP a las cuentas de la Generalitat con la promesa de un referéndum de independencia, pero no lo ha conseguido.  

Anna Gabriel ha dejado bien claro que el «sí» a la cuestión de confianza que permite la continuidad de Puigdemont no está para nada vinculado a la aprobación de los próximos presupuestas de la Generalitat. La diputada anticapitalista precisó que «estamos abiertos a apoyarlos, pero no lo haremos antes de verlos ni tampoco si son iguales que los que rechazamos» en junio pasado, cuando mantuvieron una enmienda a la totalidad que, incluso, impidió que se pudieran debatir en el pleno del parlamento catalán.  

Puigdemont sigue en un mar de dudas

Durante la primera sesión del debate de confianza, ayer miércoles, Puigdemont advirtió a los anticapitalistas que si no tenían intención de aprobar las cuentas que les presente Junqueras era mejor que le ahorraran «las dudas y el tiempo» y que votaran en contra  de su continuidad como presidente. Por el momento, la CUP ha salvado al presidente, pero no le garantiza su apoyo a los presupuestos.  

La cuestión de confianza ha puesto en evidencia que Puigdemont sigue en manos de la CUP. Les ha prometido el referéndum de independencia que pedían, autorizado o no, para septiembre de 2017, sin obtener nada a cambio. El grupo de Catalunya Sí que es pot (CSQP), en boca de Lluís Rabell, le ha tendido la mano para buscar una consulta consensuada, pero su oferta de colaboración se ha quedado ahí. Puigdemont no tiene a nadie más que le pueda echar una mano.

Tanto Puigdemont como Junqueras han lanzado repetidos cantos de sirena a CSQP, cuando, en realidad, siempre han intentado acoplarse a las exigencias de la CUP. Así lo advirtió hace unas semanas Joan Coscubiela en unas declaraciones a Economía Digital, cuando señaló que Junqueras se está jugando los presupuestos a una única carta, que es la de conseguir el voto a favor de la CUP: «no busca apoyos más allá de los 72 diputados», que son los que corresponden al bloque independentista de Junts pel Sí y la CUP.

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