Rosa Díez resiste, UPyD languidece

Convoca un Congreso Extraordinario para después de las elecciones de mayo sin aclarar si optará a liderar el partido; Toni Cantó y Luis de Velasco piden la dimisión de la dirección, pero Díez mantiene sus apoyos

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No se había vivido nada igual antes en UPyD. Rosa Díez afrontó el consejo político más tenso de la historia de la formación tras el desastre electoral de Andalucía, sin que nadie en el partido augure grandes logros en las citas electorales que quedan por delante. Con los críticos del partido pidiendo su cabeza, la diputada vasca se hizo fuerte, pero no demasiado.

Arrancó su intervención pidiendo perdón por la falta de autocrítica para luego rechazar la dimisión porque sería «el mayor daño que podría hacer al partido ahora». «Estoy dispuesta a resistir todo lo que haga falta. Os pido un apoyo claro para hacerlo. Este partido tiene mucho futuro», zanjó. Y el límite de esa resistencia tendrá una prueba de fuego tras las elecciones autonómicas y municipales de mayo.

Todo para después de mayo

Díez concedió a los críticos un Congreso Extraordinario en el que los afiliados decidirán el futuro de la formación magenta, tanto en cuanto a programa como a dirección. Gana tiempo la líder de UPyD para mantener el estatus actual, sin acercamiento a Ciudadanos. Tampoco había muchas salidas. No hay tiempo para un cambio de rumbo ni una renovación en la cúpula que ofrezca más garantías de cara a los comicios, que pintan mal en cualquiera de los dos escenarios.

Díez no ha confirmado si optará o no a líderar el partido cuando llegue el momento. Este sábado ha conseguido el apoyo al Congreso Extraordinario con 82 votos a favor, 38 en contra y dos abstenciones, mientras el número dos del partido, Andrés Herzog, se postulaba para tomar el relevo en la zona de mandos. Los apoyos a la propuesta muestran que la líder de UPyD todavía es bastante más fuerte que el ala crítica.

El lío con Ciudadanos

La presión ha sido muy fuerte. El diputado Toni Cantó dijo no sentirse representado por Díaz y calificó a la dirección de «inflexible e incapaz» por no lograr un acuerdo con Ciudadanos. La línea ascendente del partido de Albert Rivera amenaza con borrar del mapa a UPyD, que pudo subirse al barco, pero declinó, en gran medida, por la postura de Díez.

Cantó quiere que los afiliados puedan decidir si se alcanza un pacto con Ciudadanos y acusa a la dirección de abrir las negociaciones «sabiendo de antemano que no iba a llegar a ningún acuerdo». «Fue a ‘hacer que pactaba’ de manera irresponsable, sabiendo de antemano que no iba a llegar a ningún acuerdo, -engañó a los afiliados, por lo que se ve al votante no- y sólo por eso debería dimitir», reprochó a Díez.

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