Apple TV, la caja negra que sabe a poco en Europa

La nueva versión del accesorio para televisiones de Apple apenas presenta novedades y sufre por la débil apuesta de los proveedores de contenidos europeos

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Una caja negra con los bordes redondeados y que cabe en una mano es la primera aproximación de Apple a la televisión. Hace poco más de un año lanzó la primera versión de Apple TV, un accesorio que, conectado a Internet y mediante un cable de alta definición a la televisión, permite el acceso a los contenidos audiovisuales a la carta. Los programas que vuelcan algunas cadenas en los podcast, Youtube o Vimeo, junto al videoclub de iTunes forman por ahora el menú.

Coincidiendo con la presentación de la tercera generación de la tableta iPad, los de Cupertino (California, Estados Unidos) introdujeron la revisión del complemento. Apenas hay novedades, el salto ha sido tan justo como el dado por Apple entre el iPad 2 y la nueva tableta desvelada esta semana. La alta definición y la mayor potencia, en ambos casos, han justificado la revisión de los modelos aún en el mercado.

El nuevo Apple TV permite reproducir en alta definición (HD) de 1080 puntos, en vez de a 720 puntos como hasta ahora, las películas y series de iTunes y Netflix (sólo en EEUU), vídeos subidos a Vimeo o Youtube, fotos… El rediseño facilita además el acceso a los contenidos guardados en iCloud (el servicio de almacenamiento remoto de Apple). También posibilita ver en la televisión y en streaming (sin descarga) o duplicar en Apple TV el contenido de iPad o de iPhone.

Los europeos, en desventaja

Sin embargo, las potencialidades del Apple TV están capadas en Europa por la débil apuesta de los proveedores de contenidos. Aunque en EEUU el impacto en la industria de la distribución es mayor y dispositivos como Apple TV han abierto una nueva brecha de explotación, los europeos disponen de un catálogo mucho menor de series y películas.

Apple, de momento, no quita el sueño ni a cines ni videoclubs, aquejados por otros males relacionados con la caída del consumo. Las respectivas patronales en España apuntan a la televisión de pago y a los nuevos servicios de alquiler de películas en Internet como las alternativas a los hábitos tradicionales y que sí ponen en guardia a los responsables de estos negocios.

Más negocio

Esta realidad ha provocado que la mayoría del millón de unidades vendidas de Apple TV se hayan distribuido en EEUU. Pero el negocio va más allá de los 120 dólares que cuesta el accesorio: por ahora, se alquilan desde esta caja negra 400.000 episodios de series y más de 150.000 películas al día a una media de cuatro dólares. Los ingresos quedan repartidos entre Apple y las productoras.

Las cifras suponen un suculento negocio que Apple no desaprovechará. Steve Jobs ya orientó a la compañía para desembarcar en la venta de televisores. De hecho, el prototipo ya circula entre los fabricantes chinos que se encargarían de ensamblarlo. Hereda la filosofía Jobs sobre la sincronización de contenidos, una pesadilla para empresas como Samsung, Sony o LG que exploran desde hace meses la nueva generación de productos con contenidos a la carta.

El primer paso

Pero como ya hizo Apple con iPod o iPhone, el gigante de la manzana entrará en un mercado anquilosado y con muchas posibilidades de insuflar una bocanada de aire fresco con un televisor integrado, donde iTunes, Appstore, Facetime (videochat) y Siri (control de voz), entre otras funcionalidades, pueden crear una combinación devastadora. De materializarse esta previsión, Apple se abre a un negocio de más de 73.000 millones de euros al año.

Ismael García Villarejo

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