Batalla de peluqueros catalanes y chinos en Pimec por los horarios comerciales

Los establecimientos locales piden a los foráneos que reduzcan la jornada laboral y acaten la ley. La asociación china aboga por la libre competencia, pero acepta negociar

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Lo que pretendía ser un encuentro de diálogo y concordia terminó con un enfrentamiento entre los peluqueros catalanes y chinos. La patronal Pimec Comerç organizó este lunes un debate entre las asociaciones locales y chinas para limar asperezas entre ambas y redactar un documento con sus reivindicaciones. Las peticiones finales serán entregadas a la Generalitat.

Los representantes de los gremios locales de Mataró y Tarragona protestaron por lo que consideran competencia desleal de los nuevos emprendedores. Según explicaron, algunos exceden el horario legal, abren en festivos y hasta ofrecen servicios de prostitución encubiertos que se conocen popularmente como ‘peluquerías con final feliz’.

“Estamos agobiados porque están naciendo peluquerías y centros de estética chinos en cada esquina que no pagan todos los impuestos ni tienen a todos los trabajadores en la Seguridad Social”, denunció la representante de la asociación de esteticistas de Tarragona, Teresa Rubio.

La asociación de peluqueros chinos asegura que este tipo de negocios no pertenecen a su agrupación, que sus integrantes cumplen las leyes y que también están perjudicados por estos negocios.

Visiones opuestas

“Queremos que todos los comercios chinos cumplan la ley igual que lo estamos haciendo nosotros. Pero nosotros creemos en la libre competencia”, explicó la presidenta de la asociación de empresarios chinos de la peluquería, creada el año pasado y que ya reúne a 60 comercios del área de Barcelona.

“Tenemos un problema y es que, de cara a nuestra comunidad, es muy fuerte que los denunciemos. Está muy mal visto que un chino vaya contra otro”, explicó el presidente de la asociación de empresarios chinos en Catalunya, Lam Chuen.

El presidente del Consell de Barcelona de Pimec Comerç, Andreu Llargués, abogó porque los nuevos empresarios cierren todos los domingos y festivos puesto que la ‘libertad total’ se convierte en ‘libertinaje total’. La propuesta fue rechazada por los empresarios extranjeros, que ofrecieron como alternativa abordar este extremo en próximos encuentros.

Pese a las diferencias, ambos bloques acordaron crear una mesa de diálogo que redacte los puntos de coincidencia para exigir al gobierno catalán medidas que protejan al sector contra la amenaza de las grandes superficies.

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