Bruselas sentencia que España se ceba con las remesas de los inmigrantes

El Tribunal de Justicia Europeo considera que la ley española de blanqueo de capitales ahoga a las empresas de envío de dinero

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Las empresas especializadas en las remesas de los inmigrantes a sus países de origen han encontrado en Bruselas la protección que esperaban desde hace una década. Más de una veintena de compañías dedicadas a las remesas consideran que la ley española de blanqueo de capitales atenta contra su negocio por un exceso de controles poco fiables.

La ley de blanqueo de capitales española obliga a las compañías dedicadas a este negocio a exigir una documentación que, a juicio de los empresarios del sector, es excesiva y desproporcionada. «Tenemos que justificar con detalle y que aportar con demasiados documentos transacciones de hasta una mujer trabajadora que envía cien euros a su familia en Ecuador. No nos negamos a tener controles, pero lo que exige la ley española es desproporcionado», explica Ernesto López, vicepresidente de la Asociación Española de Entidades de Pago (Anaed).

La ley española exige a empresas como Wester Union, Moneygram o Money Exchange trabajar de la mano de entidades bancarias. Pero los bancos nacionales, que ven cómo estas compañías les ha quitado una buena porción del negocio de transferencias internacionales (el sector movió 6.100 millones de euros en 2013, según el Banco de España), ponen trabas para completar las transferencias o, incluso, les cierran las cuentas bancarias.

El juicio

Antonio Selas, abogado y socio del despacho Cremades & Calvo-Sotelo, ha llevado a juicio en una decena de ocasiones a casi toda la banca española por este motivo. Uno de esos pleitos ha terminado precisamente en el Tribunal de Justicia Europeo, que le ha dado la razón. El máximo tribunal ha sentenciado que la ley española pone en peligro las transacciones financieras de las que dependen países enteros como Filipinas o Ecuador.

«La sentencia, si bien reconoce que los Estados tienen la facultad de establecer una normativa más exigente en prevención de blanqueo y financiación del terrorismo, recuerda que debe respetarse la proporcionalidad cuando se adopte una medida que pueda restringir la libre prestación de servicios», explica el abogado.

En el juicio, el despacho demanda a Liberbank, Banco de Sabadell y BBVA por restringir y cerrar las cuentas de la empresa Safe Interenvíos, que se encuentra en proceso de liquidación. El caso, que está en manos de la Audiencia Provincial de Barcelona, abre la vía a que el empresario exija una indemnización a la banca por exceso de celo al poner trabas y cancelar las cuentas de las empresas de remesas.

Escasa cultura bancaria

Las cpmpañías de envíos de dinero, que cobran un pequeño porcentaje sobre las transacciones, han crecido gracias a la escasa bancarización en los países receptores. Con pocos bancos y cajeros automáticos, los habitantes de los pueblos y ciudades pueden cobrar el dinero en cualquier supermercado.

Bancos como Popular o BBVA, que lazó productos como Dinero Express, intentaron captar a los clientes que envían remesas a sus países de origen, pero no han tenido demasiado éxito.
El negocio es dominado por las empresas de envío.

Casi todo el sector se queja de la severa ley que los obliga a llevar unos controles internos que representan casi el 20% de su coste de operaciones. Aseguran que son unas exigencias, pesadas, caras e ineficaces. Se sienten asfixiados y en España no hay menos lavado de dinero que en el resto de países europeos.

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