El discutido presidente de Navantia cobra más del doble que Rajoy

José Manuel Revuelta, presidente de Navantia, ingresó 177.980 euros en 2016, unos 15.000 euros al mes. La compañía perdió 200 millones de euros el último año

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José Manuel Revuelta ha salido airoso de dos pruebas que parecían insalvables. La primera en el 2013, cuando las gradas de los astilleros públicos se vaciaban y Navantia engordaba un agujero financiero todavía pendiente de resolver. Entonces, cuando llevaba poco más de un año en el cargo, representantes políticos como el presidente gallego Alberto Núñez Feijóo criticaron la dirección de la empresa pública.

El segundo envite es más reciente, con la formación del nuevo Gobierno y la salida de Ramón Aguirre de la presidencia de la Sepi, la sociedad dependiente del Estado que controla Navantia. El comité de empresa pidió incesantemente, de hecho continúa haciéndolo, el cese de Revuelta, al que consideró «el cáncer» de la compañía, en palabras del presidente del comité, Javier Galán.

Sueldo de lujo

Pero por el momento, Revuelta continúa al frente de los astilleros, respaldado por los últimos contratos y con uno de los sueldos más elevados entre los altos cargos del Gobierno. En el ejercicio 2016, según acaba de publicar Navantia conforme a las exigencias de la normativa de transparencia, ingresó 177.980 euros, algo más de 14.800 euros mensuales. La remuneración es más del doble que la del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que el curso pasado tuvo una retribución de 78.966 euros.

Pese a todo, para Revuelta representa un descenso respecto a los 194.078 euros que ingresó en 2015 y los 183.015 euros de 2014. En el breve comunicado de Navantia se especifica que la retribución incluye la recuperación de la parte proporcional correspondiente a la paga extraordinaria suprimida de diciembre de 2012.

Pérdidas récord

Entre los altos cargos designados por el Gobierno, los salarios de Ramón Aguirre al frente de Sepi, unos 218.000 euros anuales, y de Revuelta en Navantia han sido los más señalados durante la crisis económica. En el caso de Revuelta se añadió la crisis que sufrió la propia Navantia por la falta de contratos y por el declive económico que obligó a fuertes inyecciones de las arcas públicas para mantener la empresa a flote.

Aunque las cifras están sin cerrar, las pérdidas netas de los astilleros públicos superaron en 2016 los 200 millones, según revelaron a El Mundo fuentes de Sepi. De confirmarse el dato, se convertiría en el récord negativo de Navantia, superando los números rojos de 167 millones de 2015, y pondría de nuevo el foco sobre Revuelta.

Dos contratos fundamentales

Con todo, el contrato clave de los buques logísticos con Australia, sumado a otros como los vinculados a la eólica marina de Iberdrola o el propio flotel de Pemex, han rebajado la tensión sobre el ejecutivo, que en octubre del año pasado veía como los trabajadores de Ferrol saboteaban uno de sus actos en la ciudad.

En enero se dio por hecho el contrato para construir cinco corbetas para Arabia Saudí, un encargo de unos 2.000 millones que supondría carga de trabajo para cinco años y el salvavidas definitivo para una empresa que estuvo cerca de hacer aguas.

Robert Rodríguez

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