El lucrativo juego de posiciones cortas en Meliá

Hechas las plusvalías, los bonistas se repliegan a dos meses de que venza una emisión de 200 millones de bonos convertibles

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

El frenesí bursátil que ha vivido en el último año la cadena hotelera Meliá se ha calmado en las últimas semanas. Han sido doce meses de un lucrativo negocio a cuenta de los bonos convertibles emitidos por la sociedad en diciembre de 2009, en los que las posiciones cortas han generado un sinfín de operaciones.

Se han beneficiado todos. Los bonistas, pero también la propia empresa y su fundador y máximo accionista, Gabriel Escarrer Juliá.

Punto álgido, 17% a corto

El punto álgido de estas operaciones, completamente ajenas al devenir de los negocios de la hotelera, se produjo el pasado 25 de julio. En esa fecha, como consecuencia de los préstamos de acciones que la propia empresa y su fundador habían realizado a los fondos de inversión tenedores de esos bonos convertibles, el porcentaje del capital de Meliá en posiciones cortas alcanzó el 16,82%. Más de 31 millones de títulos por un valor, en esa fecha, de casi 276 millones de euros.

Desde entonces, la situación se ha relajado. La última actualización de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ponía de manifiesto que esas posiciones cortas en Meliá se habían reducido al 13,68% de su capital tras la devolución de los títulos por los bonistas a la autocartera de Meliá.

Los fondos repliegan

Un repaso a la evolución de estas posiciones entre los fondos que aglutinan estas acciones sirve para comprobar cómo BNP Paribas, que llegó a tener en julio pasado el 3,38% del capital de Meliá, lo ha reducido hasta el 1,52%, según el último apunte notificado a la CNMV. Lo mismo han hecho Citadel Europe, Highbridge, Polygon o Castle Creek, los fondos que todavía mantienen posiciones cortas por encima del 1,5% en el capital de la cadena de la familia Escarrer.

Aunque la operativa de estos préstamos de acciones pudiera resultar un tanto enrevesada, en el fondo no lo es tanto. Lo que hacen los fondos es aprovechar el compromiso adquirido por Meliá al realizar la emisión de bonos de dotar de liquidez a los inversores adjudicatarios de las obligaciones mediante la puesta a su disposición de un préstamo de acciones de la sociedad en autocartera representativas de, aproximadamente, un 5,4% de su capital social.

Contrato de préstamo de títulos

En el caso de la emisión privada de 200 millones de euros, colocada por Meliá el 18 de diciembre de 2009 entre inversores del Deutsche Bank, Calyon y Natixis, la hotelera tiene firmado un contrato de préstamo de títulos, remunerado al 0,6%, con la entidad financiera germana, de hasta 10 millones de acciones de autocartera. Préstamo que vence el 9 de enero de 2015, tres semanas después de que lo haga la emisión de los bonos, el 18 de diciembre de 2014.

Como el precio de canje fijado de la emisión de bonos convertibles en acciones fue de 7,9325 euros por acción, los bonistas han optado, en estos últimos doce meses, por vender un determinado número de títulos, los que les ha prestado la propia autocartera de Meliá.

Plusvalías contantes y sonantes

Así, desde que el valor en bolsa de Meliá superó el precio de canje –a mediados de octubre de 2013–, los bonistas han aprovechado los préstamos para vender hasta por 9,93 euros por acción, embolsándose, en ese caso, dos euros más por título y, al final, cuando los bonos se conviertan en acciones, devolver el préstamo. Se trata, en definitiva, de no esperar a recoger los beneficios a fecha de vencimiento y evitar que una futura caída de la acción ponga en peligro la obtención de las plusvalías.

Gabriel Escarrer Juliá, el fundador y máximo accionista de Meliá, es otro de los beneficiados al prestar parte de sus títulos a la autocartera de la sociedad, y recibir el correspondiente interés por el arrendamiento de las acciones.

Escarrer presta y cobra

Entre el 16 de octubre de 2013 y el 3 de septiembre de 2014, Escarrer ha prestado 6,75 millones de títulos, tanto a la emisión de 2009 como a la posterior realizada en diciembre del pasado. La que se colocó por un importe de 250 millones de euros y con un cupón del 4,5%, que tiene un precio de conversión de 7,318 por acción, y que permitirá al poseedor de 100.000 euros en bonos percibir 13.664 acciones ordinarias de Meliá.

Seguramente, dentro de tres años, cuando reste uno para que venza esta emisión de 2013, es muy probable que se produzca un proceso similar. De momento, el saldo de préstamos de títulos para esta emisión se sitúa en casi 6,7 millones.

La relajación de estas operaciones ha provocado que el pasado viernes, por primera vez desde hace un año, el nominal de la acción de Meliá haya cerrado por debajo de los 7,.6 euros, llevando su capitalización hasta los 1.400 millones de euros, cuando a principios de año, con el acción en casi 10 euros, su valor bursátil llegó a superar los 1.800 millones.

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp