Enagás fía su crecimiento futuro a las filiales internacionales

La empresa “actualiza” su estrategia hasta 2026 con una importancia al alza del negocio en el exterior ante la dificultad de crecer en España

El presidente de Enagás, Antonio Llardén. Imagen: EFE/Javier Liaño/aa

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Enagás ha puesto el ojo en el mercado internacional. La empresa responsable del transporte de gas en España, participada por el Estado, ha empezado ya a buscar en el exterior el crecimiento que tan difícil le resulta en el mercado nacional y fía a las inversiones de los últimos años en Latinoamérica, y a las más recientes en los Estados Unidos, el crecimiento de beneficios en el próximo sexenio, que le permitirá incrementar el dividendo a sus accionistas.

La empresa que preside Antonio Llardén presentó este martes sus resultados de 2019, cuando ganó 422,6 millones de euros, el 4,5% menos, y aprovechó la cita con los inversores para anunciar una “actualización estratégica” para seis años: de 2020 a 2026. Enagás ya ha fijado los dividendos para todo este periodo, y para pagarlo, el dinero vendrá de fuera.

La gasística prevé pasar de los 123 millones de euros de beneficio que en 2019 le aportaron sus participadas a 300 millones en 2026. Una parte del crecimiento es inorgánico y se verá ya en 2020, cuando casi se duplica. El resto será orgánico, aunque no pueden descartarse más compras en un periodo tan largo y la empresa tiene margen para hacerlo.

En 2019, más de dos tercios de los dividendos que aportaban las participadas a Enagás llegaban de Latam. En concreto, de México, Perú y Chile. Este año, la previsión es que caiga al 42% mientras la primera fuente sean los Estados Unidos, con cerca de la mitad de todos los dividendos, que ascenderán a 235 millones. En 2026, el peso de los distintos continentes no variará sustancialmente pero la cifra crecerá hasta los 300 millones.

La compra del 30% de Tallgrass en EEUU casi duplicará los beneficios de Enagás gracias a sus participadas

El crecimiento del mercado estadounidense se explica por la compra del 30% de Tallgrass, firmada en diciembre pero que todavía no se ha completado. Enagás anunció la operación, junto con Blackstone y varios fondos, como el soberano de Singapur. La empresa española es el socio industrial, por lo que tendrá el control de la compañía.

La incorporación de Tallgrass al perímetro de Enagás ya le asegurará un crecimiento internacional, pero Llardén no se cierra puertas. En la rueda de prensa de este martes explicó que, si hay oportunidades en los próximos años, se aprovecharán, para lo que cuentan con unos 1.500 millones para invertir.

Respecto al crecimiento orgánico, la confianza en las apuestas internacionales es evidente. La presentación enviada por la compañía a los inversores no deja lugar a dudas. En el apartado de la “actualización estratégica”, se centra en las filiales fuera de España y sobre todo uno: en el Trans Adriatic Pipeline, que se encuentra en un grado de ejecución del 92% y está previsto que empiece a operar comercialmente en 2020, lo que también incrementará la aportación de las participadas ya este año.

Con estas inversiones, la mayoría ya ejecutadas, y este crecimiento, quiere Llardén premiar a sus accionistas, aunque el caramelo, más que un crecimiento alto del dividendo, es un crecimiento a largo plazo. Es decir que para 2020 mantiene la subida del 5%, de 1,60 euros por acción a 1,68 euros por acción, pero hasta 2023 la mejora pasa a ser del 1%. Así, ese año se llegaría a 1,74 euros por acción, y se mantendría hasta 2026.

La transición ecológica de Enagás

La otra parte del futuro estratégico de Enagás es la transición energética y ecológica, hacia un modelo más sostenible. La compañía se ha propuesto ser neutra en carbono, aunque para este objetivo el plazo es bastante más amplio que hasta 2026. Ya ha reducido sus emisiones globales a casi la mitad desde 2014, pero hasta 2050 no prevé llegar a ser neutro en carbono.

También impulsa iniciativas de movilidad con el gas natural licuado (GNL), con los que evitará la emisión de entre dos y cuatro millones de toneladas de CO2 hasta 2030, gracias a los proyectos de sustitución de combustibles tradicionales por GNL en el transporte martítimo. Además, Enagás prevé invertir unos 300 millones al desarrollo de proyectos de hidrógeno, biogás y biometano entre 2020 y 2026.

Xavier Alegret

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