Ingenieros y empresarios se repelen en el mercado laboral

Fuga de talento, retribuciones irrisorias o excesivas pretensiones provocan que el 70% de los empresarios tenga problemas para contratar, y muchas ofertas se quedan sin cubrir

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No se encuentran ingenieros, ‘telecos’ o informáticos, pero tampoco comerciales. Hay razones varias. Entre las principales, las evidentes carencias de competencias técnicas de los candidatos, que ponen en entredicho la creencia generalizada de que estamos ante la generación más preparada de la historia, la falta de experiencia previa y también la sobrecualificación, según una reciente encuesta realizada entre Adecco e Infoempleo.

En un segundo estado, la salida al extranjero de españoles en busca de una oportunidad, las escasas retribuciones o las excesivas pretensiones económicas, son otras razones que explican las dificultades que encuentran los empresarios a la hora de contratar a profesionales cualificados.

Primera criba

Pasada una primera criba, la cantidad que el empresario está dispuesto a pagar y el mínimo al que el trabajador accedería, termina, en muchos casos, en desacuerdo, dejando el empleo sin cubrir. Casi un 70% de los empresarios reconoce, según la encuesta, estar encontrando serios problemas para encontrar candidatos idóneos.

La casuística resulta de lo más dispar y en los gabinetes de recursos humanos se encuentra de todo. «Llevaba en paro casi tres años, casado con dos hijos, cobrando la renta básica, y le ofrecíamos un contrato inicial de seis meses por un neto de 900 euros», recuerda un abogado de una importante empresa de Seguridad en Madrid el caso de uno de estos pretendientes.

El aspirante declinó la oferta alegando que le parecía poco dinero y que le venía mal desplazarse todos los días a la capital desde uno de los municipios de la corona metropolitana. Eso fue por la mañana. Por la tarde, otro candidato aceptó.

Sectores sin problemas para cubrir vacantes

En sectores como este u otros, como la hostelería, las vacantes acaban por cubrirse. Sobre todo ahora en verano, donde serán cientos de miles los trabajadores que encontrarán un empleo en los cerca de 260.000 bares y restaurantes que hay en España.

Estas facilidades también se dan en sectores como el diseño, las artes gráficas, la administración o las finanzas, en los que las empresas, a tenor de las respuestas a la encuesta, aseguran que se topan con muy pocos obstáculos para acabar contratando al candidato que se ajusta al perfil buscado.

Carencia de competencias técnicas

No sucede lo mismo cuando se trata de encontrar candidatos idóneos en ingenierías, ‘telecos’ o informática, o incluso comerciales y vendedores que garanticen el rendimiento buscado. Para buscar las claves de por qué, en el 50% de los casos, la carencia de competencias técnicas para el puesto solicitado es la razón por la que las ofertas se queden vacantes.

En este punto, la denominada ‘fuga de cerebros’ podría tener su cuota de culpa. Pero tampoco parece que sea muy relevante. Aunque su cuantificación resulta muy complicada, ya que no existen datos estadísticos de peso para deslindar cuántos españoles, nacidos en España y con alta cualificación, se han marchado al extranjero en busca de mejores oportunidades.

La ‘fuga de cerebros’ no es para tanto

Otro asunto que no ayuda a tener una cifra aproximada de este fenómeno es que muchos de estos jóvenes que se marchan, como suele explicar el demógrafo del CSIC Mikolaj Stanek, se quedan en el limbo.

No se dan de alta  cuando llegan al país de destino, porque no ven los beneficios que les reporta. Y, además, si lo hacen, causarían baja automática del padrón del municipio donde residen en España, con pérdida de beneficios sociales.

En el caso de las dificultades para encontrar vendedores se dan mil y una casuísticas. Aunque, al final, lo que suele suceder es que los empresarios, cuando ofrecen buenas condiciones por esos comerciales realmente no están buscando vendedores, sino profesionales de la actividad en la que se enmarcaría la venta. Y cuando las condiciones son ínfimas, los vendedores con caché las desprecian.

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