Javier Pagés saca adelante su plan para prestigiar el cava

La D.O. Cava aprueba su nuevo plan estratégico para zonificar la producción y mostrar claramente al consumidor la calidad de los espumosos en la etiqueta

El presidente de la Denominación de Origen Cava, Javier Pagés. EFE/Andreu Dalmau

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Fumata blanca en el cava. Tras años de lanzarse los platos a la cabeza entre grandes marcas, pequeñas firmas y productores de uva, la Denominación de Origen Cava aprobó este lunes un nuevo plan estratégico para tratar de prestigiarse frente a la competencia barata del prosecco. El organismo presidido por Javier Pagés logra así la unidad deseada después de muchas cosechas sin una estrategia común.

La primera de las medidas aprobadas es la segmentación de las botellas según la viña de la que procede el producto para que así el comprador pueda conocer la calidad de la uva y si la botella está elaborada de por un productor artesanal o simplemente un marquista.

El segundo punto es el de la zonificación de la D.O. Cava, una de las peticiones históricas de los pequeños productores que impulsaron la marca Corpinnat. El plan pasa por delimitar diferentes regiones –como podrían ser Cataluña, ExtremaduraValencia— para hacer explicita la procedencia del espumoso. Dentro de ellas se instaurarán subregiones como puede ser Penedés.

En un comunicado, la D.O Cava explicó este lunes que las nuevas condiciones recogerán «la apuesta por la calidad, una mayor diferenciación de los diferentes tipos de cava y establecerá un sistema de clasificación territorial». «Existe consenso y unidad en el sector», celebró Pagés.

Frenar la caída del cava

Con 2020 en el horizonte, el Consell Regulador del Cava admitió este mismo año lo que era un secreto a voces: el sector sufrió un boicot que golpeó el negocio por culpa del boicot de muchos clientes en el último trimestre de 2017, justo después del referéndum del 1-O. Debido al stock sobrante, las botellas expedidas se desplomaron el 12,1% en el país.

“El descenso se debe a los efectos del boicot, con una caída de las ventas en Navidad que propiciaron un exceso de stock que obligó a reducir las botellas pues al mercado durante 2018”, lamentó Pagés en su momento. Así, el volumen total fue de 244 millones en total; ocho millones menos que durante el año anterior (-3,2%).

«Las turbulencias políticas no las se ver en cifras a la hora de evaluar las ventas de cava. Se ha consumido más y se ha vendido más caro que en 2017», comparó Pagés. El ejecutivo recurrió a la consultora de Nielsen para defender que el consumo de cava no había caído, pues se incrementó el 0,3% en 2018. “No tenemos datos de venta, sólo de productos expedidos”, matizó. “Si miras las cifras por producciones, el mercado parece que ha caído, pero no así en ventas”, añadió.

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