La especulación pone un pie en el sector de riesgos laborales

Los hermanos Tomás Herrero son los últimos inversores que toman posiciones. Comprometen 13 millones en MGO aunque su último proyecto acumula 12 millones en deudas con el Estado

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El negocio de la prevención de riesgos laborales, que maneja al año más de 800 millones, está en plena efervescencia. La ley de mutuas obliga a movimientos corporativos, que ya se anticiparon en los dos últimos años, cuando más una de veintena de sociedades cambió de manos.

Algunas operaciones recientes crean, sin embargo, inquietud en el sector por la aparición de inversores con reducida experiencia en el negocio y objetivos más especulativos que de permanencia, según distintas fuentes.

Una de las que está bajo observación es la reciente adquisición de MGO, en suspensión de pagos, por una sociedad controlada por los hermanos Tirso y Alfonso Tomás Herrero. Por apenas 800.000 euros se han hecho con la unidad productiva, con el compromiso de asumir 13 millones de deuda.

Capacidad financiera en duda

El sector duda de la capacidad financiera de los hermanos, teniendo en cuenta la reciente experiencia empresarial en la compañía de seguridad Falcon, que prácticamente ha dejado de existir ahogada por la falta de recursos financieros.

Hace apenas un año, Falcon Seguridad renunció a casi todos los contratos de vigilancia con grandes empresas e instituciones al no poder mantener la actividad y acumular meses de impago con los trabajadores.

Las patronales del sector se preguntan cómo fue posible que, a finales de 2014, Falcón renunciase a Adif en Madrid y Andalucía con deudas de más de 12 millones con la Seguridad Social. En septiembre de ese año se adjudicó el contrato, siendo imprescindible para ello estar al corriente con Hacienda y la Seguridad Social.

Los hermanos Tomás Herrero desplegaron, en los últimos años, una intensa actividad como inversores a la busca de gangas empresariales en los numerosos concursos de acreedores registrados.

Ejecutivos ajenos al sector

Las dudas sobre los planes para MGO, que ahora se llama MGO by Westfield, se acrecientan cuando se conoce el reciente nombramiento de Javier Gimeno de Priede como presidente de la compañía, un ejecutivo del mundo audiovisual sin experiencia en prevención de riesgos laborales.

Las vacilaciones se expanden más tras  el nombramiento como vicepresidente de José María López-Perea, el directivo bajo cuya gestión la compañía acabó en concurso de acreedores. ECONOMÍA DIGITAL no pudo contactar con los hermanos Tomás Herrero para incluir en este artículo sus valoraciones.

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