La sociedad civil barcelonesa se organiza para mantener viva la lucha contra el sida

Empresarios y profesionales de todos los ámbitos se unen en torno a la Favih para impulsar la investigación puntera contra la enfermedad que se desarrolla en Catalunya y mejorar la calidad de vida de los enfermos

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Mientras las administraciones sufren el mayor impacto de la segunda ola de la crisis económica desatada en 2008, con el consecuente replanteamiento de los servicios públicos, la sociedad civil barcelonesa ha decidido organizarse en varios frentes para lograr que los proyectos auspiciados por los presupuestos de Generalitat y Gobierno central, ahora amenazados, no decaigan. La Fundación para la Actuación con Valores de Importancia Humana, Favih VIH/sida es el último ejemplo de este movimiento.

Más de 60 grandes y medianos empresarios se han unido con profesionales de 30 ámbitos económicos para mantener viva la investigación puntera que se desarrolla en Catalunya en la lucha contra el virus de inmunodeficiencia adquirida (VIH) y la enfermedad que desarrolla en algunos pacientes, el sida.

La Favih también persigue mejorar la calidad de vida de los enfermos. Esta lacra “es un problema de toda la sociedad, por eso nos hemos unidos empresarios y profesionales de todos los sectores”, explica a este diario el presidente de la fundación y a la vez consejero delegado de Vichy Catalán, Joan Renart.

Investigación y calidad de vida

Junto al hombre que compitió por controlar Cacaolat, aparecen en el patronato Juan Alzamora, Adrià Tresas, Jordi Galbany e Iván Carbó; pero en la órbita de la iniciativa también se encuentran la presidenta de Sercotel, Marisol Turró, el presidente de Fiact, Joan Castells, o Antoni Esteve, responsable de los laboratorios que llevan su apellido. “Ayudan con aquello que creen que puede ser más útil”.

Castells, por ejemplo, cedió las instalaciones de la mutua para celebrar la última cena benéfica que recaudó fondos para la lucha contra el sida. Esteve respalda intensamente las investigaciones de los doctores Josep Maria Gatell y Buenaventura Clotet, dos referencias mundiales. Esta lucha constante contra el sida le fue reconocida con el primer Premi Vermell (premio rojo) que Esteve recogió durante esa cena de manos del presidente de Foment del Treball, Joaquim Gay de Montellà.

Una enfermedad crónica

La Favih también se concentrará en potenciar el trabajo de ambos doctores, que buscan la vacuna contra la enfermedad y el virus causante. Pero la relación es recíproca. A su vez, la fundación se respalda en ellos para concienciar de que el sida es una enfermedad crónica más. Para Renart, “nuestro trabajo, por lo tanto, también consiste en lograr que la calidad de vida y de salud de los pacientes mejore”. ¿El siguiente paso? «Unir esfuerzos con otras asociaciones con objetivos similares». En pocas semanas se hará público el convenio de colaboración con otra fundación similar en Madrid.

Ismael García Villarejo

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