La sombra del ERE persigue a iDental

La dirección de iDental estudia un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) antes de que la compañía entre en concurso

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El tiempo corre en contra de iDental. Su supervivencia pasa por una inyección económica que hasta el momento no ha llegado. La situación ha empujado a los actuales directivos, los hermanos Garrido, a estudiar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que se deberá concretar en las próximas horas antes de que la empresa entre formalmente en concurso.

La cuenta atrás empezó cuando se rompieron las negociaciones con Cerberus para que entrara en la compañía. Fuentes conocedoras de las conversaciones explican que la espantada del fondo americano tiene un único culpable: Luis Sans, el empresario que entró junto a Juan y José María Garrido en la compañía en octubre.

«Ha dejado la empresa como un solar», explican los mismos testimonios en alusión a la gestión económica que supuestamente ha tenido Sans al frente de la compañía dental low cost. «Lo que no es de recibo es que dinamitara cualquier posibilidad de llegar a un acuerdo», insisten sobre el directivo al que expulsaron recientemente.

Desde el entorno de Sans siempre han rechazado estas acusaciones. De hecho, han puesto en manos de los tribunales la junta de accionistas en la que se dictó su cese. El objetivo, de acuerdo a la documentacion a la que ha accedido este medio, es volver a ingresar en la compañía.

Los Garrido se han desplazado a Nueva York para cerrar la entrada de un fondo esta misma semana

El horizonte es complejo. Los hermanos Garrido se han desplazado en las últimas horas a Nueva York para conseguir la entrada de un tercero, pero todavía no hay nada cerrado.

La ejecución del ERE tampoco está asegurada. La dirección entiende que la entrada en concurso voluntario es un paso ineludible, por lo que el recorte de plantilla debería planificarse y fijarse antes.

Todo se complica cuando, además, Sans presentó hace unas semanas un concurso por su propia voluntad. «Esa solicitud no es legal, ya estaba cesado de la compañía», cuentan para añadir que la única petición válida será la que ellos llevarán a cabo.

Avalancha de cierres y protestas

La decisión llegaría en plena oleada de protestas y denuncias que ha estallado en diferentes puntos de España. Se han producido cierres en Alicante, Almería, Granada, Las Palmas, Murcia Santander, entre otros, y se contabilizan cerca de 300 procedimientos –sumando civiles y penales– por parte de afectados.

«El objetivo principal es que la compañía sea capaz de finalizar los compromisos con los pacientes –tienen tratamientos por finalizar– y los trabajadores, que deben cobrar sus nóminas», explican desde la directiva para mandar un mensaje tranquilizador.

Pero los ánimos están caldeados y los trabajadores señalan a los Garrido. En Madrid están en huelga indefinida desde el lunes como protesta por la «pasividad e inmovilidad» de la compañía y en Sevilla dos juzgados de instrucción investigan ya a la empresa por supuesta estafa.

Problemas de iDental: cierre en diferentes puntos de España y denuncias de particulares y asociaciones de consumo

Y no son los únicos. El servicio de consumo de Cantabria ha remitido 98 denuncias de clientes de la clínica iDental ante la fiscalía de la región, mientras que en Cataluña el Colegio de Odontólogos y Estomatólogos (ECOEC) presentó la pasada semana una denuncia penal contra los administradores.

Los mismos pasos siguen diferentes organizaciones como Facua, que ha montado una plataforma a la que ya se han unido a 270 afectados, y la OCU, que se ha ofrecido pero no ha concretado qué medidas va a tomar.

Un agujero económico de 50 millones

El verdadero problema de iDental está en los números. Los Garrido y Sans se encontraron con una deuda gigantesca que intentaron recortar aportando fondos propios para que la compañía pudiera prestar sus servicios. 

La compañía tendría un pasivo de 50 millones que se arrastra de la anterior gestión –la de Vicente Castañer Blasco y Antonio García Pellicer, fundadores de iDental en 2014– y se habría reducido casi a la mitad. 

No obstante, hay que tener en cuenta más imprevistos: los compromisos económicos con los pacientes, las reparaciones por los desahucios en las clínicas, por las costas de procedimientos podrían terminar de hacer descarrilar definitivamente a la compañía. 

Cristian Reche

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