Los planes ocultos de Central Lechera Asturiana para Cacaolat

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Si Central Lechera Asturiana se hace con el control de Cacaolat, la marca de batidos acabará reducida a su mínima expresión en Catalunya. Capsa, la matriz de Central Lechera Asturiana dirigida por Pedro Astals, el hombre que ideó la compra de ATO para anularla, tiene previsto repetir la jugada.

Sus planes, ocultos tras una oferta de 55 millones de euros, incluyen el cierre de las instalaciones industriales de Cacaolat así como el despido o traslado forzoso de los empleados a varias subcontratas de la provincia de Barcelona, según documentos de la compañía a los que ha tenido acceso Economía Digital.

Fuentes próximas a Capsa justifican el sobreprecio ofrecido por Astals en las sinergias de producción y compra de leche y en la recalificación futura de los terrenos de la actual factoría, en pleno centro de Barcelona. El juez barcelonés que tutela la venta de Cacaolat advierte además en un auto reciente que Capsa no prevé ninguna inversión industrial. Las ofertas catalanas detallan proyectos por valor de 60 millones y garantizan la suspensión de los actuales expedientes de regulación de empleo (ERE).

Deslocalización

Astals pretende cerrar la fábrica de Barcelona y dividir la producción entre sus instalaciones en Asturias y un grupo de subcontratas en la provincia de Barcelona. La deslocalización alcanzaría el 54% de la producción. En las instalaciones asturianas se concentraría la mayor parte del envase de plástico y no retornable. El restante 46%, correspondiente a los productos embotellados en vidrio y envases retornables, sería producido en Barcelona.

Sólo los altos costes logísticos impiden que Asturias asuma toda la producción de Cacaolat. Capsa proyecta menores cargas económicas si mantiene la producción de vidrio en Catalunya, uno de los principales mercados de Cacaolat. La actual fábrica actuaría en una primera fase como centro logístico. Más tarde, en el medio plazo, Capsa intentaría la recalificación de los terrenos.

Central Lechera además quiere cancelar los contratos con los actuales proveedores de leche de Cacaolat. Los ganaderos de las cooperativas de Capsa serían los grandes beneficiados aunque asumirían el transporte de la mercancía para como mínimo igualar los precios totales del grupo.

ERE encubierto

Los trabajadores de Cacaolat no encajan en estos planes a menos que acepten tareas de índole logística o el traslado a las subcontratas. La dirección general y los departamentos de Márketing, Recursos Humanos y Comercial se eliminarán. Sus funciones se unificarán con las del resto de Capsa.

Astals también quiere borrar de un plumazo los acuerdos de distribución y ya está negociando con Disbesa, la distribuidora de cerveza San Miguel, para que se encargue de suministrar a bares y lineales de supermercados.

Ismael García Villarejo

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