Roca aplica un ERE mientras vende más que nunca

El Grupo Roca anuncia una facturación récord de 1.799 millones de euros pero manda a la plantilla de la planta de Alcalá de Henares dos meses a casa

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El Grupo Roca celebró el viernes unos resultados de récord. La compañía catalana anunció unas ventas de 1.799 millones, la mayor cifra de su historia, y unos beneficios de 83 millones de euros. Sólo el impacto del cambio de divisas pudo restar fuerza a unas ganancias que llegaron con una cara B: el 1 de julio la empresa aplicará un expediente de regulación de empleo (ERE) para toda la plantilla de la planta de Alcalá de Henares.

Fuentes internas de la sociedad explican a Economía Digital que con la llegada del mes de julio los 125 trabajadores de la fábrica madrileña se irán dos meses a casa en el marco del ERE temporal firmado en invierno. “Las condiciones marcan siete meses y once laborables en el año y medio posterior al recorte”, añade Javier Abadía, de UGT Roca.

El gran problema de la planta es que depende exclusivamente de un solo producto y cliente: las bañeras de fundición de hierro vendidas al mercado ruso, donde acaba el 70% de las unidades fabricadas. Pero en 2016 la caída del rublo y el incremento de los aranceles por parte de Vladimir Putin propiciaron un incremento de los precios y un descenso de la demanda. Y la situación todavía no se ha recuperado.

En la fábrica de Roca hay más de 60.000 bañeras que no consigue vender

De hecho, en la fábrica hay alrededor de 60.000 bañeras en stock que no pudieron ser comercializadas por la falta de compradores. “Desde enero se ha tratado de reducir el volumen de artículos almacenados, pero no se ha recortado tanto como se deseaba”, lamentan internamente.

A pesar de la problemática, Roca no planteó alternativas para la fábrica más allá del ajuste laboral. Intentó abrir nuevos mercados y elevar las ventas en China, con escaso éxito hasta el momento. Si bien la empresa también produce baños, grifos y cerámica, fuentes oficiales de la sociedad explicaban hace meses a Economía Digital que era «complicado» trasladarlos a la instalación madrileña. Por un lado, porque ya se fabrican en otros centros. Por otro, porque la tecnología que hay en Alcalá es de fundición de hierro.

Su apuesta por Rusia en 2017 pasó por tratar de potenciar la porcelana sanitaria y las bañeras acrílicas, algo que no sirvió para reanimar el centro.

Por ello, y tras dos años de arrastrar la baja demanda, desde la instalación son pesimistas con el futuro de la fábrica si no se afronta un cambio de modelo. «No sabemos como puede afectar el proyecto del macrocentro que la empresa construirá en Gavá y Viladecans (Barcelona)», añaden.

Las ventas en España suben más del 50% en un lustro

Y sin embargo, 2017 fue un año récord para el grupo. La cifra de ventas llegó impulsada por un crecimiento en los grandes mercados de la compañía. En España, Suiza y la zona euro, la facturación se elevó el 4,6%. El país de nacimiento de la empresa acumula una subida del 53,5% entre 2013 y 2017, todavía por debajo de los números de 2006.

«Consideramos que fue un ejercicio, en términos generales, francamente satisfactorio», dice Ramón Asensio, consejero delegado del Grupo Roca. Y en 2018 va a por más: «Seguimos contando con la solvencia financiera necesaria para abordar nuevas inversiones y aprovechar las oportunidades que identificamos y que pueden suponer un nuevo impulso para la empresa».

 

Carles Huguet

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