De Telefónica a Vodafone: 4.000 salidas en un año (y queda 2020)

El sector de telecomunicaciones iniciará 2020 con plantillas adelgazadas fruto de la competitividad del sector

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El sector de las telecomunicaciones en España, dominado por Telefónica, Orange y Vodafone, cerrará 2019 con ajustes en sus plantillas. El tercer y el primer operador por volumen de negocio, tras sus respectivas decisiones, un ERE y un plan de prejubilaciones, han provocado que la industria en el mercado nacional, golpeada por la fuerte competencia, cuente con cerca de 4.000 trabajadores menos cuando empiece el próximo curso.

La medida más traumática la llevó a cabo Vodafone en marzo. El operador británico, que ya había vivido un ERTE en 2012 y un primer ERE en 2015, puso en marcha un nuevo plan de ajuste de plantilla. La medida se planteaba desde un punto de vista salomónico: 500 bajas debían ser voluntarias y otras tantas, forzosas (fueron finalmente 916).

¿Qué había pasado? Varios factores que se resumen en dos. Vodafone, que llevaba desde 2008 cayendo en ingresos, pagó primero la renuncia a dar el fútbol en su televisión y fue castigado después por la tendencia que se había impuesto en el mercado, en el que los clientes cada vez buscan productos más baratos. Consecuencias: los clientes de valor, los que sí querían ver el deporte rey en Vodafone TV, se marchaban a otra compañía rival; los que querían pagar menos optaban por marcas low cost.  

Este expediente de regulación de empleo, en esencia, adelgazaba la plantilla que la filial española de la compañía británica tenía en el país en un 18%.

Turno para Telefónica en octubre

Telefónica ha realizado ajustes con un plan de suspensión individual, que se traducirá en un mayor número de salidas pero con mejores condiciones. Fue durante el pasado mes de octubre cuando el presidente José María Álvarez-Pallete reunía al consejo de administración para decidir cuáles eran los próximos pasos que debía dar la compañía.

A la decisión de monetizar algunos de sus activos, como las torres de telefonía, le acompañaba el anuncio del ya conocido como PSI, el segundo que Telefónica ponía sobre la mesa en dos años. El impacto traducido en cifras para la compañía era el siguiente: 1.600 millones de gasto y un ahorro de aproximadamente 220 millones a partir del segundo año (2021). Se espera que se apunten al plan entre 2.800 y 3.000 trabajadores.

El primero, planteado en 2016 y concluido con 6.500 salidas, calcaba casi las mismas condiciones: abono del 68% de la remuneración fija para la jubilación. Pueden suspender su relación con la compañía aquellos trabajadores que cumplan 53 o más años en 2019 y tengan una antigüedad superior a 15 años en la empresa. Además, quienes opten por acogerse a este plan mantendrán el seguro médico y la empresa abonará el Convenio Especial con la Seguridad Social.

Este PSI, que tiene como fecha límite este jueves 31 de octubre para aquellos que quieran apuntarse, tiene la particularidad de que se ha llevado a cabo de manera acelerada. Telefónica quería cerrar en hora su plan y, consciente de que los sindicatos querían que también quedaran claras las condiciones para aquellos que iban a seguir siendo parte de la plantilla, cerró también las condiciones del nuevo convenio colectivo

En concreto, Telefónica España y los sindicatos mayoritarios UGT y CCOO firmaron el Convenio Colectivo que otorga un marco de estabilidad a los más de 21.000 trabajadores de Telefónica España, Telefónica Móviles España y Telefónica Soluciones de Informática y Comunicaciones. El acuerdo fijó una vigencia de tres años, incluyendo el actual, hasta el 31 de diciembre de 2021, con posibilidad de prórroga por un año más. 

El sector mira a Orange

Con ambas decisiones ejecutadas, Orange, el segundo operador en España por volumen de negocio, ha sido objeto de especulaciones. La compañía ha firmado un nuevo convenio colectivo con la plantilla durante este año, pero no está estudiando ningún Expediente de Regulación de Empleo (ERE) ni ninguna medida traumática, según indicaron fuentes sindicales de CCOO a este medio durante la pasada semana. 

La filial española de la compañía francesa, que cuenta con una plantilla de 7.000 trabajadores, únicamente ha ejecutado una decena de despidos en lo que va de año , mientras que el número de contrataciones ha aumentado de manera significativa (190 altas en los diez meses de 2019).

«Insistimos en que hay medidas como las recolocaciones en otras áreas, cambiar de departamento o facilitar el acceso a las vacantes flexibilizando los requisitos, mucho más eficaces y, sobre todo, menos traumáticas», explicaron sobre CCOO para referirse a los despidos.

Lo que está claro es que el sector podría vivir más ajustes el año siguiente debido a la enorme competitividad que agrieta las cuentas de las compañías. Y es que los operadores llevan diez años reduciendo su cifra de negocio, según publicó Vozpópuli, apoyándose en el cálculo realizado por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) con datos del mercado minorista. 

Los datos lo prueban. En 2008, los operadores ingresaron 36.872 millones de euros en productos y servicios comercializados a sus clientes. ¿Y durante el año pasado? La cifra alcanzó los 25.239 millones de euros.

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