Carlyle prepara su marcha de Applus

EL FONDO MAYORITARIO PONE EN MARCHA LA DESINVERSIÓN EN LA EMPRESA DE LAS ITV

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Los propietarios mayoritarios de Applus , la empresa catalana de certificación y concesión de ITV, han decidido abandonar el capital. La retirada del fondo estadounidense Carlyle obedece a una decisión tomada hace ya un año, pero acelerada en las últimas semanas. Con sorpresa en el sector y en la administración catalana, los responsables del private equity han activado los mecanismos para proceder a una desinversión ordenada. “No existe cuaderno de venta en el mercado, pero se está seleccionando una empresa para que asesore en la retirada”, confirmaron fuentes financieras a esta publicación.

Carlyle compró el 75% de Applus en las postrimerías de 2007. Se valoró la empresa en 1.480 millones de euros, aunque el precio realmente satisfecho por los norteamericanos osciló entre los 800 y los 900 millones, una vez descontados los pasivos del grupo. Los vendedores fueron Aguas de Barcelona (Agbar), Unión Fenosa y Caja Madrid, que se anotaron importantes plusvalías.

A requerimiento de la Generalitat, que considera estratégicos algunos activos de la compañía, Carlyle entró en el capital acompañada por un consorcio que reunía otro 25% de los títulos. En ese grupo figuraban las cajas Catalunya, Tarragona, Manresa, Sabadell, Girona, el RACC y los empresarios catalanes Román Sanahuja, Andreu Costafreda y la familia Soler (Quadis). La operación fue apadrinada directamente por Narcís Serra, entonces presidente de Caixa Catalunya, y contó con el beneplácito del Ejecutivo catalán.

Dificultades para las cajas minoritarias

Tras las fusiones vividas en el sector de cajas de ahorros se da la circunstancia de que algunas de ellas han quedado integradas en diferentes grupos financieros. El director general de Caixa Catalunya, Tarragona y Manresa, Adolf Todó, anunció este mismo mes en la presentación de la institución financiera que el nuevo plan estratégico no incluye el mantenimiento a medio plazo de participaciones como la de Applus y que procederán a la desinversión en cuanto las condiciones de mercado lo aconsejen. Con la retirada de Carlyle puede hacerse más difícil la venta del paquete minoritario de acciones, según señalaron fuentes financieras conocedoras de los movimientos que se están produciendo.

Carlyle pretende valorar la compañía en un importe que suponga entre ocho y diez veces el resultado bruto de explotación (Ebitda) o en una cifra próxima a los 2.000 millones de euros, de acuerdo con los números que manejan fuentes próximas al fondo americano. “Las condiciones del mercado no son las mismas que cuando compraron, sólo hay dos líneas de negocio rentables y su Ebitda actual no supera los 120 millones. Es obvio que no podrán vender a ese precio, aunque es lógico que salgan al mercado con una cifra a partir de la cual negociar”, explican medios empresariales conocedores de la compañía. En 2008, últimos datos contables conocidos, Applus facturó 837 millones y generó un Ebitda de 127 millones.

Las divisiones de Applus que siguen generando la mayor rentabilidad son la de inspección de vehículos y los ensayos e inspección. La ingeniería del automóvil (Idiada), la inspección y asistencia técnica y los laboratorios y la certificación (LGAI) son negocios que todavía no han alcanzado el mismo grado de madurez, según las mismas fuentes. Applus cuenta con el 80% de la red total de estaciones de inspección técnica de vehículos (ITV) de Catalunya. La crisis económica habría acentuado los daños en la cuenta de resultados de Applus , en opinión de otras fuentes conocedoras de la situación interna.

Durante meses, la compañía que preside Pedro de Esteban (el hombre de Carlyle en España) y que dirige Joaquim Coello negocia con el Ejecutivo catalán el apoyo a su actividad. Empresa y administración tienen intereses comunes en Idiada y LGAI, aunque la Generalitat siempre ha querido abrir las concesiones de ITV a otros operadores para romper el virtual monopolio existente. Recientemente, los directivos de Carlyle se habían comprometido con la Administración catalana a mantenerse en el capital a la par que pedían colaboración del Ejecutivo con las regulaciones que afectan a sus negocios.

Compras en tres años

Una de las razones por las que Carlyle ha puesto un precio de salida elevado al 70% de su paquete accionarial son las compras de empresas que Applus ha llevado a cabo desde los cambios accionariales de 2007 ensanchando el perímetro de valor de la compañía. En 2008 se hizo con el control de la británica MBI y la americana JanX Integrity Group, ambas especializadas en ensayos. En ese mismo ámbito de negocio, un año después adquiere la francesa CTS y la polaca Ekopol. También incorpora a su cartera de filiales a la canadiense Technico y el laboratorio madrileño Ambitech.

En medios del capital riesgo de Madrid se da por seguro que una de las razones que ha acelerado la desinversión de Carlyle es que, pese a las dificultades que tendrá su venta, al tratarse de una compañía con ingresos recurrentes en un sector regulado es más factible utilizarla para hacer caja que desprenderse de Orizonia, el grupo operador turístico español en el que el fondo estadounidense también tiene intereses accionariales. “Si se trata de recuperar liquidez con algunas de las inversiones realizadas en suelo español, Applus tiene más posibilidades”, aseguran.

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