Catalunya Caixa engañó a clientes humildes para elevar su capital social

La Audiencia de Barcelona ordena investigar a la entidad financiera por estafa, apropiación indebida y delito societario

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La sección primera de la Audiencia Provincial de Barcelona ha ordenado al juzgado de instrucción número 1 de L’Hospitalet que investigue a Catalunya Caixa por la emisión de un producto financiero, conocido como «obligaciones de deuda subordinada», que posteriormente fue vendido a algunos de los clientes de la entidad bajo engaño, con el único objetivo de engrosar su capital.

Según la querella que un grupo de afectados presentó hace algo más dos años, Catalunya Caixa anuló las cuentas a plazo fijo en las que, durante años, habían depositado los ahorros de toda su vida para invertirlos en el nuevo producto emitido.

Los clientes, en la mayoría de casos, ni siquiera llegaron a firmar las pertinentes autorizaciones para aprobar el cambio de destino de sus ahorros. La Audiencia aprecia posibles delitos de estafa, apropiación indebida y delito societario.

Obligaciones de alto riesgo

Los hechos objeto ahora de litigio judicial ocurrieron en 2006. Catalunya Caixa lanzó al mercado esa emisión de obligaciones y las comercializó, según su propia información publicitaria, como «un producto indicado  para inversores que quieren adquirir pocos riesgos  o con un plazo de inversión muy corto y con rentabilidad esperada cercana al mercado monetario». En esa misma información publicitaria suministrada a los eventuales compradores consta que se trata de un producto «conservador».

La realidad fue muy distinta. Las obligaciones de deuda subordinada están formadas por  títulos de renta fija cotizados en el mercado de activos de renta fija privada. Son un producto financiero de muy alto riesgo y complejidad que, además, dista mucho de un depósito a plazo fijo, ya que es un producto ilíquido. El capital invertido en estas obligaciones, además, no está protegido por el Fondo de Garantías de Depósitos en caso de insolvencia o intervención de la entidad bancaria.

Los afectados no firmaron nada

Los clientes afectados, pequeños ahorradores que en muchos casos no disponen de un mínimo nivel cultural o académico, añaden en sus escritos de demanda que «en ninguna parte de las órdenes de compra se ofrece explicación alguna sobre el plazo de vencimiento ni de cuándo podremos recuperar la inversión y sus beneficios».

Los afectados (albañiles, basureros y camareros de profesión en su mayoría) se sienten estafados. Ahora han advertido que la turbia operación de cambio a la que fueron «invitados» años a atrás en realidad no tenía otro objetivo que el de «captar pasivo por parte de la entidad sabiendo de ante mano que no se iba a devolver y destinado a engrosar el patrimonio de la propia Catalunya Caixa y de sus gestores».

El consejo de administración, en el punto de mira

La Audiencia de Barcelona ha avalado la imputación del cuadro directivo de una sucursal de Catalunya Caixa en la que los afectados tenían sus ahorros. El abogado querellante, Ricardo Gómez de Olarte, ha manifestado a Economía Digital: «Para nosotros ya es una victoria que la Audiencia nos dé la razón y obligue al juzgado a investigar unos hechos clamorosos. Es la guerra de David contra Goliat. Pero no nos rendimos. Esas obligaciones de deuda subordinada gozaron del apoyo e impulso del consejo de administración de la entidad, por ello me dispongo, en breve, a pedir la imputación de todo el consejo por estafa. Estoy seguro que en todo el país hay muchos pequeños ahorradores que han sido víctima de este mismo engaño».

 «Catalunya Caixa –prosigue el letrado– no pensó en la rentabilidad de los ahorros de sus clientes. Cambio, por la cara, ese dinero por acciones y eso, sin consentimiento tácito y sin la suficiente información, es un atropello inadmisible». En el momento de realizarse la controvertida emisión, el presidente de la caja de ahorros catalana era el ex vicepresidente del Gobierno Narcís Serra.

En octubre de 2013, el juzgado de Instrucción número 23 de Barcelona ya condenó a la misma entidad bancaria por la denuncia de un particular al que hizo perder 16.000 euros invertidos en deuda subordinada de la caja de ahorros. La magistrada reprochó, en aquella ocasión, la falta de información previa y la omisión del plus de buena fe y diligencia que se supone a las instituciones financieras.

Catalunya Caixa fue intervenida por el organismo público Frob y hoy forma parte de la red de BBVA, que la adquirió en subasta pública.

Economía Digital

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