El FMI y la OCDE recetan: rebajar salarios y endurecer pensiones

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Los organismos internacionales: FMI y OCDE han fijado su foco en la situación económica española. El alto déficit público y las perspectivas del sistema de pensiones han sido los puntos de atención de dichas instituciones.

Si el gobierno español ha planteado un sacrificio importante con el incremento de la edad de jubilación, el FMI abunda y ahonda en esta misma dirección: los recortes. Así, según el economista jefe del Fondo Monetario Internacional, Olivier Blanchard,, como España, Portugal y Grecia no pueden recurrir a la devaluación de su moneda al formar parte del euro, tendrán que asumir descensos en los salarios para recuperar competitividad, ha manifestado en unas declaraciones al diario económico Les Ecos.

«El restablecimiento de su competitividad puede necesitar grandes sacrificios, como una baja de los salarios», afirmó Blanchard.

Preguntado sobre si hay riesgo de implosión de la zona euro, el economista jefe del FMI lo desmintió, pero añadió que «eso no impide que haya un problema presupuestario en Europa» y que Grecia haya sido el primero en sufrir la sanción de los mercados. Blanchard consideró «indispensable» que los bancos centrales mantengan sus tipos de interés a un nivel muy bajo como el actual y eso «tanto tiempo como sea necesario».

Por su parte, La OCDE advirtió de que la reforma del sistema de pensiones en España necesita «esfuerzos complementarios» a las propuestas lanzadas por el Gobierno, que no obstante juzgó «muy positivas», y se pronunció por diversificar la financiación con pensiones complementarias privadas.

OCDE

En una declaración, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) destacó que para «atajar el problema de la sostenibilidad del sistema de reparto» de las pensiones, España habría de recurrir a medidas como «vincular la edad de jubilación a la esperanza de vida y aumentar la edad efectiva de jubilación».

Esta última debería concretarse, por ejemplo, incrementando el número mínimo de años necesarios para obtener una pensión completa, y sugirió así pasar de los 35 años actualmente a 40, como en Francia -donde se va a pasar progresivamente a 42-.

Además, el llamado «Club de los países desarrollados» señaló que estas reformas «deberían complementarse con una política clara dirigida a que las contribuciones a las pensiones complementarias privadas se incrementaran y éstas fueran así un componente más para financiar la jubilación, diversificando las fuentes para financiar la jubilación».

En esa misma línea, apostó por «introducir regulaciones en los planes privados encaminadas a aumentar los ahorros destinados a financiar la jubilación y proteger mejor las pensiones privadas de la volatilidad de los mercados financieros».

Economía Digital

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