El Instituto de la Empresa Familiar pide a Díaz Ferrán que dimita

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El Instituto de la Empresa Familiar (IEF) organización que agrupa a las empresas familiares más potentes de España, afirma representar sociedades que facturan el 17% del PIB español,, ha pedido directamente la dimisión de Gerardo Díaz Ferran, como máximo responsable de la CEOE.

En un comunicado hecho público este miércoles, unas horas después de que uno de los miembros prominentes del IEF, José Manuel Lara, anunciase que el instituto junto con la patronal catalana Foment, pedirían oficialmente la dimisión de Díaz Ferrán.

En el comunicado del IEF hecho público este miércoles, se afirma que el 16 de marzo pasado el presidente del Instituto, Simón Pedro Barceló, ya pidió personalmente a Diaz Ferran, su marcha de la presidencia de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales «al considerar que la compleja situación por la que atravesaban sus empresas aconsejaba que fuera otra persona la que liderase la patronal española».

Una demanda que en la actualidad se hace más necesaria, según el IEF, ante «la situación crítica por la que atraviesa la economía española y la necesidad de alcanzar en el diálogo social un acuerdo». En consecuencia, «la junta directiva quiere reafirmarse públicamente en la necesidad de que se produzca un cambio en la presidencia de la CEOE lo antes posible».
Por otra parte, en la reunión de este miércoles de la junta directiva de la CEOE , dos representantes de las patronales de Valencia, otro de la patronal de estanqueros y uno más de Fomento del Trabajo, la organización empresarial catalana, han reclamado a Díaz Ferrán que se aparte de CEOE o que, al menos, ponga una fecha inminente para su salida.
En opinión de estos dirigentes críticos, la actitud del presidente de la CEOE, acuciado por problemas en sus empresas, está perjudicando a la organización. Díaz Ferrán, sin embargo, ha señalado que tiene un apoyo mayoritario y no dejará, por el momento, su cargo.
El declive de Díaz Ferrán, comenzó el día del sorteo de Navidad del año pasado, cuando un juez británico dejó en tierra su aerolínea Air Comet por un impago de 17,2 millones.

Tres meses después, empresarios volvieron a cuestionar su continuidad al frente de la patronal cuando el Gobierno decidió disolver su aseguradora Seguros Mercurio por problemas de liquidez.

Además, el ejecutivo y su socio Gonzalo Pascual tratan de vender sin éxito el Grupo Marsans, que arrastra una deuda de 460 millones de euros y cuenta con 4.000 empleados -muchos de ellos han sufrido retrasos en el pago de sus nóminas-.

Economía Digital

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