El 1-O hundió el consumo en Cataluña (con datos de Kantar)

La consultora señala que los catalanes optaron por recortar especialmente el gasto en las estanterías de alimentos frescos y perfumería

El consumo remonta pero no se recuperará hasta la segunda mitad de 2022. En la imagen, un carro de la compra.

El consumo remonta pero no se recuperará hasta la segunda mitad de 2022. En la imagen, un carro de la compra.

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El consumidor catalán puso el freno tras el 1 de octubre. Si empresas de distintos sectores ya salieron a alertar sobre caídas en las ventas en el último trimestre de 2017, tres meses después de la votación ya existen cifras fidedignas sobre el descenso. En octubre, la bajada de las compras en los supermercados alcanzó el 1,9% respecto al mismo periodo del año anterior.

Economía Digital ha tenido acceso a los informes elaborados por la consultora Kantar para empresas de distribución. Los datos del estudio de mercado de referencia en el sector desvelan que mientras el crecimiento era del 1,4% durante las primeras 32 semanas del año –hasta el 13 de agosto–, el descalabro llegó en los dos periodos en los que tuvo afectación el referéndum.

De este modo, si en el periodo previo el crecimiento alcanzó un pico del 2,6%, tras la votación la caída fue del 0,5% en un primer momento y del 1,9% a las pocas semanas. La desaceleración también se notó en el resto de España: el consumo pasó de aumentar el 2,3% a hacerlo el 1,4%. Excluyendo a Cataluña, la subida pasó del 3% al 2,1%.

La rebaja de precios alcanzó el 7,7% en las estanterías de perfumería de los supermercados de Cataluña

El descenso no fue uniforme. Mientras que las ventas de productos de alimentación básicos aumentaron el 0,5%, en la sección de frescos –huevos, carnes y pescados frescos, frutas y hortalizas–, de droguería y de perfumería fue donde más se notó el golpe. La caída del consumo fue del 2,8%, el 2% y el 14,5%, respectivamente.

Fuentes del sector apuntalan las cifras: “Los clientes recortaron los gastos superfluos como pueden ser la perfumería o los alimentos más caros”. “También redujeron el volumen de compra y en lugar de adquirir grandes cantidades de un producto, optaron por paquetes más pequeños”, añaden.

Así, las marcas se vieron obligadas a una rebaja de precios que alcanzó el 7,7% en las estanterías de perfumería. La sección de droguería recortó el 0,5% el coste de los productos y la de alimentación lo hizo el 3,2%. Sólo el departamento de frescos elevó el precio el 0,7%.

Carles Huguet

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