En el alambre, la banca francesa se juega 1.000 millones en el crédito de Repsol

Los galos Credit Agricole, Natixis y Société Générale son tres de los mayores acreedores de Sacyr. La refinanciación del préstamo llega en el momento más difícil posible para la banca francesa

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Si hay un sector financiero que se juega su futuro en las próximas semanas, ese es el francés. Aunque todos los bancos europeos se sienten amenazados por los mayores requerimientos de capital que va a exigir Bruselas, el enorme peso de Grecia en sus carteras de deuda pone especialmente contra la pared a los bancos galos.

“Pensamos que durante la segunda mitad de octubre y todo noviembre se cerrará un acuerdo entre los bancos acreedores y Grecia para aceptar un default no inferior al 50% y que podría alcanzar el 70%. Eso significa que el debate sobre la recapitalización de los bancos europeos, especialmente los franceses, debería cerrarse a lo largo de esas mismas semanas”, aseguran los analistas de Bankinter, que recalcan que “Francia se opone a una segunda ronda de negociaciones (quitas) con Grecia porque sabe que sus bancos no lo resistirían”.

Una amenaza en toda regla que coincide con la refinanciación del préstamo de 4.900 millones de euros que permitió a Sacyr Vallehermoso comprar el 20% de Repsol en 2006. Tres bancos franceses, Credit Agricole, Natixis y Société Générale participan en el crédito con 435, 315 y 245 millones, respectivamente. Dicho de otra forma, Sacyr les adeuda 995 millones de euros, algo más de una quinta parte del total del préstamo.

El proceso de refinanciación no puede llegar en peor momento para el trío de bancos galos. El crédito vende el 21 de diciembre, justo en las fechas en las que el default de Grecia debe estar visto para sentencia. Aunque las dos entidades francesas con más deuda griega a sus espaldas –BNP Paribas y el francobelga Dexia- no están en el préstamo de la petrolera, Société Génerale y Credit Agricole, con 2.651 y 655 millones respectivamente en deuda helena, sí se ven fuertemente afectados.

Ambas entidades son dos habituales entre las que más deuda tienen en los países rescatados y en España e Italia, que desde hace muchos meses caminan por el filo de la navaja. Por ejemplo, Société Générale es el segundo banco extranjero con más deuda española -2.220 millones- sólo por detrás de su compatriota BNP, mientras que Credit Agricole ocupa el quinto lugar.

Posición

Junto a Natixis, las dos entidades forman parte de la comisión de bancos formada para coordinar las negociaciones con Sacyr y que representa a la cuarentena de entidades acreedoras del préstamo. En este comité están también Santander y Bankia (con una posición en el préstamo de 670 y 430 millones), Citi (490 millones), ING (280 millones) y Royal Bank of Scotland (RBS).

“Hasta ahora, la actitud de los bancos franceses no es beligerante, sino de cooperación. Pero el escenario puede cambiar si la quita de la deuda griega y los requerimientos de capital de Bruselas se disparan hasta los máximos previstos. Para cualquiera será una tentación quitarse de encima activos como el préstamo de Repsol”, aseguran en fuentes bancarias.

En las primeras reuniones mantenidas, hasta siete bancos extranjeros han manifestado su intención de no renovar el préstamo. Se trata de Citi, ING, Banco Espirito Santo, BPI, Lloyds, Merrill Lynch y RBS, que suman 1.460 millones de euros. El decir, el 30% del total. Por lo tanto, el gran reto de Sacyr es que no se sumen nuevas entidades al grupo de los que agobiados por su difícil situación financiera no pueden continuar. Para ello, el presidente de Luis de Rivero se podría ver obligado a ceder y vender activos para rebajar drásticamente su nivel de endeudamiento.

Consejo caliente

Mientras los bancos deshojan la margarita, el empresario murciano busca alternativas en China, Brasil y Chile. Del Rivero está sondeando el potencial interés de las entidades financieras de estos países emergentes por sustituir a los bancos que no quieren renovar.

De estos contactos informará al consejo de Sacyr este jueves en la cuarta convocatoria en menos de un mes. Un consejo caliente en el que los accionistas que se oponen a la política del grupo constructor y de servicios en Repsol harán valer sus cartas. Una de las peticiones que el grupo de disidente del que forman parte Demetrio Carceller y Juan Abelló podría hacer es la de vender un parte del 20% de Repsol para rebajar la abultada deuda del grupo. El consejo debatirá también sobre la creación de una comisión pacificadora.

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