Hachazos europeos al bienestar (y 3)

Reino Unido, Francia y Alemania tiran del carro europeo y son los mayores contribuidores de los planes de rescate internacionales para países en quiebra. Ahora, como prestamistas, exigen las mismas medidas que ellos ya se aplicaron meses atrás para contener su déficit y evitar la insolvencia

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La Europa de las dos velocidades se muestra sin recelos tras la crisis financiera que en el núcleo del euro ya dan por superada y que aún castiga a la periferia de la eurozona. Las locomotoras alemana y francesa abandonaron la recesión en 2010 y desde entonces su PIB ha crecido a ritmos medios del 2%, hecho que ha permitido reducir considerablemente sus tasas de paro. En Alemania los últimos meses han visto como se generaba el mayor número de contratos desde la Segunda Guerra Mundial.

Sin embargo, no hay que alzar las campanas al vuelo puesto que el corazón del continente da síntomas de estancamiento. Francia no creció durante el segundo trimestre de 2011, lo que provocó el pánico de los inversores, temerosos, aquí sí, de una segunda recesión que ya se empieza a intuir en el otro lado del Atlántico.

Para dar carpetazo, por ahora, a la crisis, las tres mayores economías europeas tuvieron que aplicarse las recetas que ahora exigen a los demás. Tanto en el Reino Unido como en Francia y Alemania, la edad de jubilación es más elevada, se pagan más impuestos y se ha adelgazado la maquinaria del estado (rebajas de sueldo y despidos de funcionarios incluídos), entre otras medidas.

El papá Estado francés

Nicolas Sarkozy quiere recortar el déficit francés en 45.000 millones para poder contener una deuda que alcanza el 180% del PIB (incluyendo la privada). Los ejes cardinales de la estrategia del Presidente francés pasan por subir los impuestos un 1% a las rentas más altas y el incremento de la edad de jubilación hasta los 62 años.

Esta novedad provocó una fuerte contestación popular en forma de huelgas generales. Pero por muy duras que les parezcan a los franceses, no son los únicos recortes en cartera. Sarkozy aprobará este agosto más tijeretazos para alejar cualquier duda sobre la solvencia económica del país, que sin ir más lejos derrumbaron al principal banco galo, Société Générale, en bolsa.

Mitos alemanes

Centro de las miradas y locomotora indudable de la eurozona, Alemania ha logrado encumbrar su modelo económico con enormes sacrificios que no siempre se conocen más allá de sus fronteras. El hecho es que, para crecer ahora a un ritmo medio del 3%, han tenido que hacer duros ajustes durante años, incluso en plena bonanza.

Los sueldos alemanes han crecido de media por debajo del IPC en los últimos 12 años, hecho que ha permitido al país ser más competitivo y que al final ha arrojado la creación de nuevos puestos de trabajo. Alemania es, sin embargo, también otro estado fuertemente endeudado. Su deuda pública ronda el 82% por lo que la canciller Angela Merkel ha impuesto la austeridad al país.

El hachazo será de 80.000 millones a partir de 2014 e incluye subida de impuestos y el despido de 10.000 funcionarios además de reducir los sueldos en un 2,5% de media a los que queden. Alemania también retrasó la jubilación. Allí, la edad máxima es de 67 años.

Los mayores recortes del siglo

La deuda privada en el Reino Unido creció del 132% al 210% del PIB durante los años de Tony Blair. Gordon Brown, el sucesor del líder laborista y antes ministro de Economía, no sólo no supo atajar la espiral, sino que entregó a David Cameron una pelota con el 80% del PIB en deuda pública. Cameron ya avisó en la campaña electoral que habría que realizar fuertes ajustes para corregir esta delicada situación.

Aunque avisó, la magnitud de los ajustes sorprendió a propios y extraños, como al nuevo gobierno el tamaño de los números rojos. A las pocas semanas de ser nombrado primer ministro, Cameron se vio obligado a emprender el mayor recorte del gasto público desde la Segunda Guerra Mundial, unos 95.000 millones de euros en cuatro años.

Si en Catalunya, Artur Mas ha reducido, de media, los presupuestos de los departamentos en un 10%, Londres ha recortado un 19% los recursos de todos los ministerios. El plan no se detiene ni mucho menos ahí. Despedirá a prácticamente medio millón de funcionarios y elevará la edad de jubilación hasta los 66 años a partir de 2020. El IVA sube 2,5 puntos hasta el 20%. Por el camino también se han quedado buena parte de las ayudas sociales, hecho que está provocando graves fracturas sociales. La distancia entre clases es cada vez mayor.

Ismael García Villarejo

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