La marca que revolucionó el modelo outlet online en España va a la quiebra

Entre 2015 y 2016, el grupo se hizo con las plataformas LetsBonus, Groupalia y Offerum, todas orientadas a las ofertas diarias, cupones y descuentos flash

Problemas económicos de un grupo téxtil español

El concurso de acreedores podrá ser la salvación

El sector del comercio electrónico español marca el final de una era con el reciente proceso de quiebra necesaria admitido a trámite contra Interven Trade, la firma que revolucionó el modelo outlet online bajo el nombre de Ofertix.

Lo que comenzó en 2007 como un ambicioso portal para la venta de excedentes de grandes marcas de moda, ha culminado casi dos décadas después en un proceso judicial que pone de relieve tanto los riesgos de la expansión sin control como los retos actuales de la economía digital.

Ofertix, fundada por Antonio Manuel Alcántara Arroyo –también impulsor de la exitosa Privalia–, irrumpió en el mercado aprovechando el auge del consumo electrónico y la falta de casas de ventas ‘flash’ en el entorno nacional.

La propuesta era simple y potente: dar salida a excedentes de colecciones textiles de marcas reconocidas a precios sensiblemente rebajados, una fórmula que atrajo rápidamente a millones de clientes y colocó a la compañía entre las webs más visitadas del sector.

El crecimiento fue acelerado y, en su momento de mayor popularidad, la firma llegó a rozar los 25 millones de euros de facturación anual, con una base de datos de más de tres millones de usuarios y una notoriedad especialmente fuerte entre el público joven, amante de las gangas en la moda y el hogar.

Quiebra: el ciclo de adquisiciones y el inicio de los problemas

En busca de consolidar su liderazgo y defenderse de la llegada de competidores internacionales, Ofertix apostó de manera agresiva por la adquisición de otros actores relevantes del ecommerce outlet en España.

Así, entre 2015 y 2016, el grupo se hizo con las plataformas LetsBonus, Groupalia y Offerum, todas orientadas a las ofertas diarias, cupones y descuentos flash.

La estrategia perseguía crear un auténtico gigante digital y retener a la clientela dispersa en diferentes portales. Sin embargo, la integración de estas empresas resultó mucho más compleja de lo previsto: sistemas informáticos incompatibles, solapamiento de estructuras y carteras, diferencias culturales y un mercado saturado que ya comenzaba a mostrar síntomas de agotamiento.

El resultado fue un incremento considerable de los costes operativos y financieros, lo que, lejos de consolidar el liderazgo, debilitó drásticamente la viabilidad.

El deterioro en la gestión pronto tuvo eco en los balances. Interven Trade (antigua Ofertix) arrastra una deuda reconocida con la Agencia Tributaria de 2,7 millones de euros, lo que la incluye en la lista oficial de grandes morosos publicada en 2024.

Los problemas, además, se extendieron al terreno laboral: alrededor de una treintena de empleados acudieron a tribunales para reclamar salarios e indemnizaciones, mientras la Inspección de Trabajo sumó 15 actas de infracción y liquidación por impagos y otras irregularidades.

La empresa, que desde hace una década no presentó sus cuentas anuales en el Registro Mercantil, muestra así un perfil opaco y poco transparente, lo que dificulta tanto la auditoría como la búsqueda de posibles soluciones alternativas a la liquidación directa.

El proceso concursal

La solicitud de concurso necesario, presentada en 2019 por un acreedor, pero paralizada hasta ahora, ha sido finalmente admitida a trámite por el Juzgado Mercantil número 5 de Barcelona en julio de 2025.

El tribunal ha dado a la empresa un plazo de cinco días para comparecer, presentar pruebas o allanarse; en caso contrario, se procederá a la declaración efectiva de la quiebra y la apertura de la liquidación patrimonial.

El concurso necesario difiere del voluntario porque es forzado por los propios acreedores ante la evidente insolvencia del deudor.

La Ley Concursal española prevé que, tras publicarse el auto, se suspendan pagos, se nombre un administrador concursal y se establezca un mecanismo para que los acreedores comuniquen sus créditos y aspiren a recuperar, al menos parcialmente, sus deudas.

En el caso de Ofertix, el escaso patrimonio recuperable, dado que la mayor parte de su valor residía en activos digitales y base de datos ya desactualizada, anticipa una recuperación mínima para proveedores, trabajadores y la propia Hacienda.

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