Cataluña desaprovecha los Caminos de Ronda para desestacionalizar el turismo

La oferta combina inolvidables paisajes con restaurantes reconocidos mundialmente

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Los franceses tienen una enorme facilidad para poner envoltorios singulares y lujosos a productos que podrían ser ordinarios. «La côte au printemps» es la marca que el turismo galo colocó hace unos años a la propuesta de Caminos de Ronda por la Costa Mediterránea en temporada baja. La reflexión es pertinente cuando en Cataluña el retraso en empaquetar y vender estos productos de temporada baja es ingente.

Hay tres grandes enemigos. Uno, que buena parte del sector hotelero todavía está instalado en el modelo de exprimir sólo los meses cálidos, lo de hacer el agosto. Modelo que en algunos puntos de la costa catalana está en crisis. Dos, la falta de operadores de turismo activo que comercialicen en Europa estos productos y ofrezcan aquí los servicios adecuados: guía, transporte de maletas, logística alimentaria etc. Y tres, el reino de taifas que hace que cada ayuntamiento, con contadas excepciones, haga la guerra por su cuenta y cueste mucho establecer alianzas para crear y promover productos compartidos.

Dicho esto, Cataluña tiene un enorme potencial en Caminos de Ronda que, sólo centrándonos en la Costa Brava, es parcialmente explotada por autóctonos en el tramo central y por empresas europeas en el tramo norte, como informa ampliamente el medio de información turística 02B.

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