Colau interfiere entre Sánchez y Torra para pedir el acercamiento de presos

Ada Colau presiona a Sánchez para que acerque a los políticos presos a Cataluña, defiende el lazo amarillo en el Ayuntamiento y exige ir más allá del Estatut

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La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha querido interferir este lunes en la crisis catalana y colocar en aprietos al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a quien ha presionado para que posibilite el acercamiento a prisiones de Cataluña de los líderes políticos que están en la cárcel. Según Colau, es necesario que Sánchez tome medidas en este sentido para favorecer el diálogo entre el Gobierno y la Generalitat.

En un desayuno informativo de Nueva Economía Fórum, Colau ha apelado a construir una nueva fase de diálogo entre los gobiernos de Pedro Sánchez y de Quim Torra, pero ha puntualizado que tras las primeras palabras «esperanzadoras» es el momento de que los «gestos simbólicos» se transformen en medidas concretas, empezando por el ámbito penitenciario.

Colau pide a Sánchez que transforme gestos simbólicos en medidas concretas 

Aunque cree que la situación es «compleja» y no va se va a resolver en «dos días», la alcaldesa de Barcelona no comparte las palabras del ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, que dijo que Cataluña está «al borde de un enfrentamiento civil», a lo que Colau ha replicado que la «realidad cotidiana» en Cataluña cada vez «está más normalizada».

Con el «ánimo más constructivo del mundo», Ada Colau le ha pedido al ministro que sea diplomático en sus consideraciones, y ha abogado por que quienes tienen responsabilidad política se pronuncien «de forma propositiva, aportando soluciones» para contribuir a la convivencia.

En manos de Sánchez

Una de las formas que propone al presidente del Gobierno para lograrlo es promover «el acercamiento» a cárceles de Cataluña de los líderes políticos que están en prisión, algo que puede hacer —ha dicho— en contra de los planteamientos del Gobierno, que insiste en que es una decisión de los jueces.

«El acercamiento está en manos de Pedro Sánchez«, ha afirmado tras defender que además ayudará a construir un nuevo clima de diálogo en el que Gobierno central y Generalitat escuchen sus posiciones.

Colau considera que la decisión de Llarena supone una «anomalía en términos humanitarios y jurisdiccionales»

Colau cree Sánchez puede y debe acabar con la «anomalía» en términos «humanitarios y jurisdiccionales» que —a su juicio— supone que líderes políticos que «no han cometido actos violentos» y han sido elegidos democráticamente permanezcan en prisión lejos de sus casas, lo que ve como un «maltrato» a sus familias, que deben recorrer miles de kilómetros, algunas con «niños pequeños», para visitarles.

«Se tiene que comprometer a hacer todo lo que esté en su mano» para trasladarles cuanto antes a prisiones de Cataluña, ha insistido.

Los lazos amarillos

En ese contexto ha enmarcado también la decisión de mantener colgado un lazo amarillo en la fachada del Ayuntamiento de Barcelona en una situación que considera que «no debería haber ocurrido jamás» y que ha definido como una de las etapas «más duras» en la historia de la democracia, en la que la «excepcionalidad» ha provocado «tanto dolor» en todas las partes.

El lazo está también para pedir que esas personas que tendrían que ser «interlocutores en el diálogo» salgan en libertad, no como un posicionamiento a favor del independentismo, ha argumentado.

«Más que nadie queremos quitar ese lazo amarillo de la fachada», ha asegurado.

Colau no se conforma con recuperar artículos del Estatut anulados por el TC

Para propiciar la normalidad, Colau cree que recuperar los artículos del Estatut que fueron anulados por el Tribunal Constitucional es «pertinente», pero no suficiente.

Lo primero, ha añadido, es «normalizar las relaciones» entre ambos gobiernos, que se escuchen mutuamente, y para eso se ofrece y ofrece a la ciudad de Barcelona para «favorecer» el diálogo.

Ese es el otro gesto que pide al presidente del Gobierno y a la Generalitat para buscar una «solución real»: reconocer a los «interlocutores», escuchar lo que plantean y fomentar un clima de confianza entre ambas partes

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