Cómo Bill Viola cambió las reglas del videoarte

El Museo Guggenheim Bilbao presenta un recorrido por la obra de Bill Viola, uno de los mayores exponentes mundial del videoarte

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El videoarte no sería igual sin el legado de Bill Viola. Este artista neoyorkino, nacido en 1951, comenzó a fusionar arte y video en el programa de Estudios Experimentales de la Universidad de Siracusa (Nueva York) en la década de 1970, y desde ese entonces ha creado un interesante legado cuyas vetas principales pueden descubrirse en la retrospectiva que organiza el Museo Guggenheim Bilbao.

Interesado en el misticismo, la poesía y las filosofías, tanto de oriente como de occidente, Viola emplea las posibilidades técnicas del vídeo para indagar en la condición humana, el nacimiento y la muerte, o los procesos de cambio, renacimiento y transfiguración.

Desde sus primeras obras como ‘Cuatro canciones’ y ‘El estanque reflejante’, la muestra abarca el período de los años ’80 en que Viola emplea la cámara y objetivos especiales para capturar el paisaje y grabar imágenes que están se encuentra más allá de la percepción humana.

En los ’90 se lanza a los grandes formatos, y con el nuevo milenio regresa a las piezas pequeñas y medianas, con obras como ‘Las Pasiones’, ‘Rendición’ y ‘La habitación de Catalina’, que matiza con grandes puestas en escena como ‘Avanzado cada día’.

Museo Guggenheim Bilbao, del 30 de junio al 9 de noviembre.

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