La descomposición de Pablo Iglesias es irrefrenable (estos son los hechos)

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, tiene serios problemas en sus dos principales feudos: Madrid y Cataluña

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Podemos, liderado por Pablo Iglesias, no consiguió en las últimas elecciones el resultado que perseguía y le daban las encuestas. Desde entonces, Iglesias no solo no ha reflotado el partido que fundó, sino que los enfrentamientos internos crecen día a día y ya ni en sus principales feudos puede estar tranquilo. Y eso que viene de una purga interna que terminó con el exnúmero dos de la formación, Íñigo Errejón, arrinconado.

La descomposición del partido que tenía que romper con todo («la casta») sigue y es ya irrefrenable. Solo rompe con sí mismo. Dos elementos factuales ocurridos en los últimos días lo evidencian. Uno en Cataluña y otro en Madrid.

Dante Fachín contra Iglesias en Cataluña

La historia de Podem ha sido tormentosa casi desde su nacimiento. Acumula varias escisiones. La última provocada por la formación impulsada por Ada Colau y Xavier Domènech que tenía que unir a la izquierda alternativa y que partió (más) a Podemos en la región. Pero aún así, pese a quedar reducido a la mínima expresión, Iglesias no ha logrado un partido que siga sus postulados.

Pablo Iglesias se ha quedado sin hombre en Cataluña tras su choque con Dante Fachín por el 1-O

El referéndum independentista convocado por el gobierno de Carles Puigdemont para el 1-O enfrenta a Iglesias con Albano Dante Fachín, el líder de Podem. Pese a defender el derecho a la autodeterminación, Iglesias se ha mostrado contrario a la consulta unilateral y sin garantías. “Yo, si fuera catalán, no votaría”, llegó a decir.

Esta postura coincide grosso modo con la de los comuns (o los colaus, en honor a su lideresa), que se oponen a un nuevo 9-N, y con los exPodem purgados. No obstante, no coincide con los postulados del hombre de Iglesias en Cataluña, por lo que ya no es el hombre de Iglesias en Cataluña. Iglesias ya no tiene hombre en Cataluña.

Dante Fachín, pese a declararse no independentista, se ha mostrado abiertamente favorable a la consulta. Estas discrepancias empezaron enrareciendo la relación, llevando a Iglesias a intentar convencer a Dante y, ante su imposibilidad, a la pelea en el barro de Twitter. Las posiciones son ya irreconciliables.

Los líos de Espinar en Madrid

¿Y en Madrid qué tal, guapi? Pues no mucho mejor. Tras la purga de Errejón, parece que éste se postula como posible candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid (¿o del Ayuntamiento, si Manuela Carmena dice adiós de verdad?). Esto podría dejar en una situación complicada al hombre de Iglesias en la comunidad, Ramón Espinar. Pero Espinar tampoco necesita a Errejón para complicarse la vida.

El pasado fin de semana, el secretario general de Podemos Madrid se enzarzó en una batalla dialéctica de altura (nótese la ironía) con la presidenta madrileña, Cristina Cifuentes, en Twitter, en la enésima polémica de este político, tan aficionado a beber Coca-Cola como a boicotearla.

Ramón Espinar se enzarza en una polémica con Cristina Cifuentes tras llamarla guapi

Espinar respondió un tuit de Cifuentes, en el que la dirigente del PP relacionaba (también por enésima vez) a Podemos con Venezuela, llamándola «guapi». El calificativo causó gran polémica en las redes sociales, con acusaciones de machismo para el dirigente morado.

También lo aprovechó Cifuentes, que no dejó pasar la ocasión (Espinar se la dejó botando) para cargar contra su rival y su partido: “Denota el gran machismo de algunos dirigentes de Podemos», dijo del tuit de Espinar.

Éste, lejos de retirarlo, siguió usando diminutivos para ridiculizar a su rival: «Hagamos una cosa: yo no te llamo guapi y tú no nos acusas de asesinatos a 10.000 kilómetros. Y todos tan amiguis«.

La huida hacia delante de Pablo Iglesias

Mientras se deshace el partido y su líder, Podemos sigue pidiendo al PSOE de Pedro Sánchez que impulse una moción de censura contra Mariano Rajoy. La que presentó Iglesias fracasó, pero el líder morado no tira la toalla.

Tiene que aprovechar lo que le queda, según los observadores políticos. Quién sabe si en octubre seguirá teniendo partido en Cataluña o si la enésima escisión le habrá dejado sin representantes.

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