El eco de las huelgas no llega a Sant Jaume

Los sindicatos han organizado 44 protestas desde 2010 con el mismo resultado: la Generalitat no ha rectificado ninguna medida de recorte

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El casi medio centenar de protestas y movilizaciones realizadas por los sindicatos desde la llegada de Artur Mas a la Generalitat ha tenido idéntico resultado: el Govern no ha rectificado ninguna de sus políticas neurálgicas. La mayoría de las movilizaciones convocadas en Catalunya tienen que ver con los recortes en Sanidad, Educación y en la administración pública pero desde Sant Jaume ya se han acostumbrado a pitos y pancartas.

El gobierno de Artur Mas ha aguantado a médicos, profesores, funcionarios, bomberos, policías, indignados, estudiantes y jubilados –además de las protestas de los trabajadores de empresas privadas– en la plaza de Sant Jaume de Barcelona, sede de la Generalitat, casi día tras día. Pese a todo, el Gobierno catalán ha mantenido el euro por receta, los recortes en educación y la supresión de pagas y reducción salarial a los funcionarios.

Menos en Madrid

El descontento social, que también reclamaba rectificaciones al gobierno central, tampoco recibió respuesta positiva en temas de reforma laboral o reforma constitucional, que se aprobaron y ejecutaron tal como pidió Europa.

Pero lo infructuoso de las concentraciones y protestas –muchas de ellas con detenidos por atentados contra la autoridad y desórdenes públicos– tampoco tienen importantes precedentes en Catalunya.

Las rectificaciones

Los buenos resultados de las grandes huelgas nacionales que obligaron en diciembre de 1988 a Felipe González a retirar su propuesta del contrato juvenil y en 2002 a José María Aznar a desechar su reforma laboral, no han tenido una respuesta similar en Catalunya.

En esta legislatura, la Generalitat sólo ha rectificado en temas fuera de la agenda política principal como la retirada de la construcción de una nueva incineradora en el área metropolitana de Barcelona o la continuación del pago de las subvenciones a los geriátricos cuya retirada ya había anunciado.

Las novedades

Pero no todas las protestas de esta legislatura han seguido los moldes tradicionales. Las acciones de protesta emprendidas por los usuarios de peajes, que organizaron varias jornadas de sublevación ante los pagos que muchos catalanes consideran un agravio respecto a otras regiones españolas, levantaron gran nerviosismo no sólo en el Govern sino también en las empresas encargadas de recaudar el dinero en las autopistas y en las entidades financieras con intereses en esas empresas. Pese a todo, las acciones que tuvieron gran impacto a principios de este año poco a poco se han diluido.

Pero el fracaso de las grandes protestas sociales, ha terminado, de forma abrupta, con un gran éxito en la legislatura: la marcha independentista en las que se congregaron, juntos, el gobierno catalán y los sindicatos, entre otras entidades sociales.

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