El órdago de Mas: «Estamos construyendo un país donde lo mejor será salir corriendo»

El mandatario catalán exige que no se condene a nadie por un indicio, y afirma que la constructora Teyco fue más contratada por administraciones no gobernadas por CDC

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Quería justificar su decisión de convertir el 27 de septiembre en unas elecciones de carácter plebiscitario sobre la independencia. Y no lo olvidó. Pero Artur Mas ha entrado, y a fondo, en las acusaciones de la oposición sobre el supuesto cobro de comisiones por parte de Convergència después de encargar obras públicas, al frente de instituciones, a constructoras como Teyco.

En la parte final de su intervención en la diputación permanente del Parlament, el mandatario catalán dejó su impronta, tal vez harto de hasta donde ha llegado la política catalana, aunque él sea uno de los máximos responsables: «Estamos construyendo un país donde lo mejor, tal vez, es salir corriendo».

Sospechas infundadas

El comentario evidenció la presión a la que Mas estuvo sometido, y supuso también una advertencia sobre los posibles nuevos obstáculos, en su propia candidatura, aunque Esquerra Republicana no quiso forzar la máquina.

Según el presidente de la Generalitat, la oposición no puede acusar a Convergència, ni a él mismo, como dirigente del partido, por «indicios», por las sospechas o las informaciones publicadas en los medios de comunicación.

Mas estuvo principalmente molesto por las acusaciones de Albert Rivera, el líder de Ciudadanos, y de Santi Rodríguez, el diputado del PP. Con más tacto se mostró con Miquel Iceta, el líder del PSC, que quiso defender, «en todo momento el principio de inocencia» en cualquier asunto judicial. Iceta le reprochó su gestión, y le acusó de ser el «peor presidente de la Generalitat recuperada», pero incidió en respetar el principio de inocencia.

Sin coincidencia con el 3%

Mas, que había considerado en el inicio de su intervención que no le causó ninguna sorpresa el registro policial en la sede de la fundación de CDC, Catdem, del pasado viernes, con la idea de relacionar cobros de Convergència pagados por la constructora Teyco, de la familia Sumarroca, acabó entrando en el detalle de ese asunto. «Las aportaciones de Teyco a la CatDem nunca, tampoco en 2009, coincidieron con el 3% de las obras adjudicadas», insistió, sobre esa supuesta mordida que denunció hace diez años el ex president Pasqual Maragall.

Esa línea argumentativa es la misma que la de la empresa Teyco, que difundió este martes una nota en la que explicó que no hay aportaciones que sean ilegales hacia Convergència. La empresa afirma que las notas y los cálculos que se hallaron en la caja fuerte se hicieron con toda la idea, es decir, para reflejar que no coincidían con el 3%, porque ese porcentaje es el que circula desde hace años, como rumores, como afirmaciones de distintos actores políticos o empresariales, aunque no se haya podido demostrar.

Por ello, Mas insistió, jocosamente, en que el país que algunos quieren construir, entre ellos él mismo, «es para salir corriendo, si las acusasiones son de ese tipo, sin ninguna prueba». Mas insistió en que la acusación debe probar sus acusaciones, y no al revés.

Juego limpio en la política catalana

Por supuesto, el jefe del Ejecutivo catalán admitió que cuando una empresa ofrece donaciones es porque tiene determinados intereres. «Efectivamente, no son a cambio de nada y, claro, pueden ayudar más a unos que a otros, en función de las afinidades ideológicas», clamó.

Pero la tesis de Mas es que, en 2009, uno de los ejercicios investigados, las donaciones que recibió Convergència no tienen nada que ver con las obras que realizó Teyco. «En 2009 Teyco fue fue más contratada por administraciones no gobernadas por CiU que por las que sí lo estaban», afirmó.

Insistió en ello una y otra vez, reclamando que la oposición jugara limpio, y reiterando que un país, sea el que desea construir el independentismo o el actual no puede funcionar con sospechas continuas y con una falta de respeto por el adversario.

No le pidió dinero a Rajoy

Sin embargo, Mas había pedido comparecer para otra cosa. Y justificó la ocasión. El líder de CDC, que figura como número cuatro en la lista Junts pel Si, quiere aparecer, en ocasiones, como un hombre de Estado con una larga experiencia.

Así lo trasladó en el Parlament, con alusiones a sus negociaciones con los gobiernos centrales, del PSOE primero y del PP posteriormente. Recordó que a Mariano Rajoy le había comunicado la necesidad de llegar a un acuerdo sobe el pacto fiscal, y que no le pidió más dinero. «No lo hice, me reuní en Moncloa y no le pedí más dinero si no un nuevo modelo, jurídico, de financiación, pero no me escuchó».

¿Nueva financiación autonómica?

Mas, como un político convencido de su verdad, clamó que los catalanes no son respetados. «No somos ciudadanos, somos súbditos», aseguró, y emplazó a Rivera o a Iceta a negociar un nuevo modelo de financiación que pase por una modificación de la Lofca, la ley orgánica, que regula el sistema. «No lo conseguirán, no señor Iceta, no señor Rivera, porque desde el minuto uno habrá una lucha entre comunidades, y la primera que no lo aceptará será Andalucía».

Con ello, Mas insistió en que no le ha quedado otro remedio que convocar elecciones, de carácter plebiscitario, con la idea de contar los votos. «Ya sé señor Herrera –en alusión a Joan Herrrera, dirigente de ICV, que se ha integrado en la candidatura Catalunya sí que se puede– que su voto no es un no estricto a la independencia, que tiene muchos matices, pero le guste o no lo contarán como un no en la noche del 27S, y será un no que celebrarán los señores Rajoy, Aznar o Felipe González».

La verdad de Mas, siempre hacia adelante

Esa es la estrategia de Mas. En el Parlament difundió su verdad. Aseguró que Cataluña «lo ha intentado todo desde 1978». Y sin más matices, sin ofrecer otras salidas, Mas mostró que quiere seguir adelante, que la nueva legislación del PP, para obligar el cumplimiento de las sentencias del Tribunal Constitucional, «una nueva inquisición, que sí recuerda los años 30», no le parará. Y que sólo los resultados del 27 de septiembre pueden significar o no el fin de su carrera política.

Ahora todo dependerá de la capacidad de cada candidatura para movilizar a los suyos. Mas cree, con su internvención de este miércoles, que tienen movilizados ya a todo el bloque independentista, el que cree en esa particular verdad, según la cual los catalanes «no son ciudadanos, son subditos».

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