El PDECat decide que su salvavidas es Junqueras

El rechazo de Puigdemont a ser candidato a la Generalitat deja al partido en una situación precaria, pendiente de los republicanos, que se dejan querer

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Alarma roja. Se era consciente, pero había esperanzas. El PDECat se entregará a Oriol Junqueras si accede a la reedición de una lista conjunta del soberanismo, una nueva entrega de Junts pel Sí, tras el rechazo del presidente Carles Puigdemont a ser candidato a la Generalitat. La dirección del PDECat, la ex Convergència, sabía que Puigdemont no quería ser candidato, pero se confiaba en convencerlo, en hacerle ver que ahora mismo –a pesar de los intentos de Artur Mas de seguir en activo—es el único valor en el partido con posibilidades de éxito.

La idea de reeditar Junts pel Sí, de ir a las elecciones autonómicas –aunque en la retórica oficial se sigue apostando por celebrar un referéndum de autodeterminación «legal y vinculante», es arriesgada. La dirección del PDECat no quería pensar en planes alternativos, y recela, de hecho, de la voluntad manifiesta de Puigdemont de convocar esa consulta, cuando ya se hizo lo mismo con el 9N.

Ni Marta Pascal, la coordinadora general, ni otros dirigentes, como Neus Munté, la vicepresidenta y portavoz del Govern, quieren dar un paso al frente, porque lo ven precipitado. En el caso de Pascal, su tarea es hercúlea, pero en el nivel interno del partido, donde se ha visto desbordada por las dificultades de las estructuras territoriales. Le ayuda David Bonheví, y, según dirigentes del PDECat, la labor es enorme, y «están levantando el partido». Munté, por su parte, se deja querer, pero es consciente de que no es todavía un cartel electoral con garantías de éxito.

Con Esquerra y a ver qué pasa

El plan B, por tanto, es entregarse a Oriol Junqueras, que también, como Puigdemont, dejó claro, tras las elecciones generales, que Esquerra no repetiría la fórmula de Junts pel Sí. La presión para mantener unido al bloque soberanista será enorme en los próximos meses, y ayudarán los intelectuales y articulistas afines.

Esquerra lidera todas las encuestas que se han ido publicando, y los republicanos entienden que les ha llegado la hora de gobernar la Generalitat, con un primer propósito: aparecer, por primera vez, como una fuerza política solvente, capaz de gestionar, y, sin renunciar a un horizonte de independencia, buscar ensanchar la base social del soberanismo y esperar nuevas oportunidades. ¿Renuncia al referéndum? No oficialmente. Este mismo viernes, Junqueras reiteró que es lo único que les mueve, en una entrevista en Catalunya Ràdio. Pero el partido se está preparando para unas elecciones al Parlament, que se pueden precipitar si la CUP no aprueba en febrero los presupuestos para 2017.

Dominar el Govern

El hecho es que Junqueras podría acceder a esa reedición de Junts pel Sí, al margen de esas diferencias y conociendo la debilidad interna del PDECat si, a cambio, en el gobierno que se pueda formar, Esquerra acaba dominando la mayoría del Govern, aunque el presidente de la Generalitat sea un dirigente de la ex Convergència. Así lo admiten algunas fuentes consultadas. Es más, para Esquerra se trataría de una magnífica oportunidad, para seguir ganando tiempo, y buscar la hegemonía política en Cataluña, como ocurrió en los años treinta del pasado siglo.

La posición de Els Comuns, el partido que liderará Xavier Domènech, y que tiene detrás a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, no preocupa a Esquerra. Las mismas fuentes consultadas saben que Els Comuns tendrá un buen resultado, pero limitado por sus dificultades para tener presencia más allá de Barcelona y de su corona metropolitana, a pesar de los esfuerzos de Domènech por hacerse fuerte en Girona o Tarragona.

Las dificultades que llegan desde Alemania

El proceso soberanista en Cataluña se ha visto afectado por la decisión del Tribunal Constitucional federal alemán, que ha fijado la imposibilidad de que un länder pueda celebrar un referéndum de autodeterminación, en una respuesta a un dirigente de un partido independentista de Baviera. Para el Gobierno español que lidera Mariano Rajoy se trata de un gran argumento, porque, precisamente, la Constitución española se inspiró de forma directa en la Ley fundamental de la RFA, la que rige, también, después de la unificación alemana.

Eso implica que, aunque se mantendrá el discurso oficial para convocar un referéndum en Cataluña, como señaló Puigdemont en su discurso de fin de año, los partidos catalanes se preparan para unas elecciones al parlamento catalán, aunque se marcarán como plebiscitarias.

Y para el PDECat no queda otra que agarrarse a la suerte de Junqueras, mientras se recompone internamente un partido roto tras los últimos años conducido por Artur Mas, que tampoco tiene un candidato para la alcaldía de Barcelona. Es el partido, en estos momentos, de «los no candidatos», como señala una fuente nacionalista.

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