El Pdecat se pone manos a las obra para diluir su marca en las municipales

Dirigentes locales del Pdecat comienzan a preparar el terreno para liderar un proyecto electoral de apariencia transversal al estilo de Junts per Catalunya

Carles Puigdemont con la alcaldesa de Girona, Marta Madrenas, en Bélgica. | EFE

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El Pdecat, nacido de las cenizas de Convergència, tiene decidido seguir escondiendo sus siglas en las próximas citas electorales. Lo hizo, aún siendo CDC, al arrastrar a ERC a una candidatura conjunta bajo la marca Junts pel Sí en 2015; repitió en los comicios del 21D al integrarse en la lista hilvanada en torno al ex president Carles Puigdemont; y ya se ha puesto manos a las obras para diluir su marca en las municipales del 26 de mayo de 2019.

Las elecciones locales de 2019 son el próximo envite que se asoma en el horizonte, más allá de la investidura de un presidente de la Generalitat y la formación de un gobierno, sea estable o interino. Y los neoconvergentes siguen sin ver claro su futuro en solitario. De hecho, en diciembre, coincidiendo con la campaña electoral, el Pdecat registró numerosas variantes locales de la marca Junts per Catalunya, por aquello de asegurar el tiro.

Madrenas quiere un Junts per Girona

Este miércoles ha sido la alcaldesa de Girona, la también diputada Marta Madrenas, quien ha abogado por aspirar a reeditar victoria en la capital gerundense bajo el paraguas de Junts per Girona, una marca que aboga por que sea “transversal, con diferentes ideologías”.“El nombre no hace la cosa. Yo lo que quiero es que mi partido sea el máximo de transversal posible y continúe trabajando en la construcción de la república de una forma absolutamente decidida”, ha dicho Madrenas en una entrevista en La Xarxa.

En Barcelona, donde el Pdecat celebra unas primarias que se dirimen entre el jueves y el viernes de esta misma semana, los dos aspirantes a alcaldables, la oficialista Neus Munté y el outsider Carles Agustí, discrepan respecto a la propuesta del filósofo Jordi Graupera, que plantea una lista conjunta del independentismo cuyo líder sea escogido en primarias abiertas. Pero ambos defienden una candidatura de fronteras más amplias que las de la propia formación.

La suma, «en el ADN»

 Agustí, cercano a las tesis de Puigdemont y su núcleo duro, ve la idea de Graupera con buenos ojos, mientras que Munté hace oídos sordos al filósofo. Pero incluso la ex consellera —que no es una figura menor precisamente, sino la presidenta del partido postconvergente— aboga por “sumar”. “El Pdecat lo ha hecho siempre, lo llevamos en el ADN”, dice Munté. Si cuando piensa en los sumandos, la exconsellera, nada sospechosa de puigdemontista, piensa en ERC, como Madrenas, o simplemente en una lista con la incorporación de independientes es una incógnita.

Hay una multiplicidad de factores que pueden decantar la balanza

Esa misma incertidumbre es aplicable a los planes de ERC respecto a una posible alianza independentista en clave municipal, sea en Barcelona o en el resto del territorio. Al fin y al cabo, a un año aún de las elecciones, ninguna decisión está más allá de un estadio meramente embrionario. Y hay una multiplicidad de factores que pueden decantar la balanza, de la evolución de las relaciones de Esquerra, el Pdecat y JpC en clave catalana hasta la eventual confirmación de Manuel Valls como alcaldable de Cs en Barcelona.

Eso sí. Si el Pdecat quiere usar la marca Junts per Barcelona, tendrá que ser de la mano de Esquerra. Cuando, los postconvergentes fueron a registrar la marca, se encontraron con que ya no podían. Los republicanos se les habían adelantado.

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