El plan B de Duran

El líder de Unió dejará de liderar su partido, pero tendrá un papel como puente entre Cataluña y España aunque no logre representación el 20D

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Son muchos los que la dan por muerta. Pero Unió tiene cuerda para rato más allá de CiU y más allá del resultado que pueda lograr el próximo domingo en las elecciones generales. A los democristianos les fue mal en las autonómicas, pues no consiguieron representación en el Parlament.

Pero no piensan tirar la toalla. Ahora se presentan a los comicios españoles con su líder, Josep Antoni Duran, como cabeza de lista. La mayoría de las encuestas vaticinan que, de nuevo, se irán con las manos vacías, pero en Unió manejan algunos sondeos internos que les dan dos escaños. «La posibilidad de conseguir el 3% de los votos y, en consecuencia, entrar en el Congreso existe», aseguran fuentes del partido. «Depende de la participación», añaden.

Atrincherarse en los cuarteles de invierno

No obstante, a Unió no le va la vida en estas elecciones. La formación está convencida de que sobrevivirá. Los democristianos saben que donde se la juegan es en el campo político catalán. También son conscientes de que atraviesan por un momento difícil: tienen una deuda importante, sus ingresos han mermado debido a la pérdida de cargos políticos y su visibilidad se ha reducido al caer su presencia en las instituciones.

Pero no ven complicado «atrincherarse en los cuarteles de invierno». «Si hace falta venderemos la sede y nos instalaremos en un piso pequeño, podemos hacerlo, porque nuestras sedes no están embargadas como las de CDC», señalan desde el partido.

Un Govern con los días contados

Desde esa nueva tesitura, mucho más modesta, articularán su estrategia para volver a la primera línea política. Creen que no les resultará difícil, porque la propia dinámica de la política catalana invitará en unos meses a la recuperación de las propuestas del catalanismo político y sólo Unió puede encarnar esos postulados.

«Artur Mas y las CUP engañan al electorado. Hace mucho tiempo que tienen cerrado el acuerdo de Govern, pero no lo hacen público para evitar la fuga de votos», explican las mismas fuentes. También se muestran convencidas de que ese Ejecutivo de corte independentista y extrema izquierda tiene los días contados.

El nuevo Gobierno que salga del 20D en España «no puede permitir que se incumpla la ley en Cataluña», por lo que «gobierne quien gobierne» tendrá que tomar medidas contra el proceso soberanista y sus artífices. A eso, se añadirán los procesos judiciales que acechan a CDC por corrupción y que deberán sustanciarse en los próximos meses.

Nuevas elecciones

Desde Unió vaticinan también que, en paralelo, bajará el soufle del independentismo. El resultado de ese coctel no puede ser otro que la celebración de unas nuevas elecciones anticipadas en Cataluña. Quizá para octubre de 2016, pronostican.

Mientras, las nuevas Cortes de Madrid se verán obligadas a entablar un proceso de diálogo con Cataluña y a impulsar una ponencia constitucional a través de la que se articule un nuevo marco jurídico que permita el encaje definitivo de Cataluña en España.

Vuelta al ruedo

Ese será el momento indicado para que Unió vuelva al ruedo y ocupe ese espacio del catalanismo político tradicional que ahora se ha quedado huérfano. Además, Duran prevé tener un papel protagonista en ese proceso y convertirse en el puente entre Madrid y Barcelona, en pieza clave de las negociaciones.

En los últimos días se ha rumoreado que si el PP gobierna podría hacer ministro a Duran para oficializar ese protagonismo. Pero desde Unió aseguran que esa no es la idea de su líder y que su participación en la creación del nuevo escenario político no tiene que pasar por un Ministerio.

Nuevas caras

Lo que sí dan por hecho es que Duran dejará de liderar Unió. Dará paso a caras más jóvenes, seguramente a Ramon Espadaler, que fue candidato el 27S. Aunque hay otras figuras emergentes en el partido, como  Marta Plana o Núria Rodríguez, que también tendrán algo que decir.

Pero ese relevo no supondrá en ningún caso el abandono definitivo de la política por parte de Duran, quien cree que todavía tiene mucho que pintar en el controvertido escenario de la actual política catalana.

        

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