ERC exporta a Europa el pulso por la suspensión de Junqueras

Esquerra confirma que su líder recogerá el acta como eurodiputado y reta al Estado a intentar que lo suspendan también en Bruselas

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Los resultados de las elecciones europeas hacen carne el pulso planteado por Junts per Catalunya (JpC) en torno a la toma de posesión y la inmunidad de Carles Puigdemont como eurodiputado, e incluso elevan esa apuesta con la obtención por parte de los posconvergentes de un segundo escaño que correspondería al también huido Toni Comín. Eso, por un lado. Pero Esquerra planteará también su propia versión de la internacionalización de la batalla con el Estado, en su caso en torno a Oriol Junqueras.

El presidente de Esquerra, escogido hace un mes como diputado en el Congreso, cargo del que tomó posesión la semana pasada, ha obtenido también un asiento en la Eurocámara, a la que concurría como cabeza de lista de una candidatura conjunta con Bildu y el BNG. Y la también eurodiputada electa de ERC Diana Riba confirmó este lunes que Junqueras recogerá su acta, lo que implica renunciar a su escaño en las Cortes. 

Así que, tras haber sido suspendido primero como diputado en el Parlament y después, en la Cámara Baja, habrá que ver si también se le aplica ahora esa suspensión al líder de ERC como eurodiputado. Si la respuesta acaba siendo no, el plan de los independentistas incluye exprimir la comparación entre Bruselas y Madrid para apuntalar el discurso de que Europa le está sacando las vergüenzas a España, en una reedición de la lectura que se hizo de la decisión de la justicia alemana de denegar la extradición de Puigdemont por el delito de rebelión por el que está encausado.

Tanto Riba como el presidente del grupo de ERC en el Parlament, Sergi Sabrià, lanzaron ya el desafío: «Lo que tendríamos que preguntarnos es si el Estado pedirá a la Eurocámara que suspenda a un diputado escogido democráticamente y con sus derechos políticos intactos», dijo la primera. «Europa no es el Estado español, el mecanismo de la suspensión no se producirá allí», pronosticó el segundo.

Cambios de criterio en el TS

Lo primero que está por ver es si alguien llegará a solicitarla. En el caso de la que se le aplicó el pasado viernes en el Congreso tanto a Junqueras como a los diputados de JpC Jordi Sànchez, Josep Rull y Jordi Turull, fue el Supremo el que inició el proceso al recordar que el reglamento de la Cámara Baja  prevé la suspensión de los procesados en prisión preventiva.

Eso sí, el Alto Tribunal se lavó las manos y dejó que la decisión la tomara la Mesa del Congreso. Que, paradójicamente, acabó concluyendo, servicios jurídicos mediante, que en este caso no era de aplicación el reglamento, porque para ello sería necesario que el TS hubiera pedido un suplicatorio que no había solicitado con el argumento de que el juicio ya estaba iniciado cuando los cuatro diputados procesados consiguieron su escaño.

De modo que la Mesa acabó dejándolos sin voto y sin sueldo, sí, pero en virtud de la Ley de Enjuiciamiento Criminal (Lecrim), que también prevé la suspensión de cargos procesados por delitos de rebelión. Es decir, aplicando la misma norma en base a la cual el año pasado los  cuatro fueron suspendidos como diputados en el Parlament previa orden escrita, entonces sí, del Supremo.

¿Cómo se explica la disparidad de criterio del Alto Tribunal en ambos casos? Pues porque la primera vez, la decisión la tomó el juez instructor de la causa, Pablo Llarena. Y la segunda, la sala que enjuicia a los procesados, presidida por Manuel Marchena. Y está claro que sobre esta cuestión, Llarena y Marchena no opinan lo mismo.

El Supremo recuerda que no actuó de oficio en la suspensión en el Congreso

Es también al tribunal que enjuicia la causa a quien le tocaría reclamar, si así lo considerara, la suspensión de Junqueras como eurodiputado. Pero, si por lo que respecta al Congreso, Marchena y compañía se limitaron a remitirse al reglamento de la cámara, no podrían hacer lo mismo en Europa, porque el reglamento del Parlamento Europeo, a diferencia de los de la Cámara Baja y el Parlament, no prevé la suspensión de diputados procesados. De modo que al TS solo le quedaría invocar la Lecrim, que es la que usó Llarena y en cambio ha evitado usar Marchena.

En el TS dan a entender que el tribunal no está por la labor de tomar ninguna iniciativa para poner coto a Junqueras en Europa. Las fuentes consultadas no aclaran qué hará Marchena, pero recuerdan que el tribunal no reclamó de oficio la suspensión de Junqueras, Sànchez, Rull y Turull en el Congreso, sino que se limitó a plantear esa posibilidad en el auto con el que se daba respuesta a la petición de las defensas de solicitar ese suplicatorio para proseguir con el juicio que fue denegado. Y en Esquerra, según explican fuentes del partido, todavía no han decidido si solicitarán o no otra vez al Supremo que emita un suplicatorio, esta vez dirigido al Europarlamento. 

Si no es el Supremo el que activa la discusión, podrían hacerlo los partidos constitucionalistas, si convencen a sus respectivos grupos de elevar la cuestión a la Mesa del Parlamento Europeo. Sea como sea, la situación de Junqueras en Bruselas invitará a comparaciones, tal vez odiosas. Y, si Esquerra cree que España sale malparada en las mismas, no se ahorrará ni una.

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