ERC rompe con el Pdecat en el Ateneu Barcelonès

Los republicanos abandonan la junta del Ateneu Barcelonès, que se escora hacia el Pdecat

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Los republicanos han abandonado la junta del Ateneu Barcelonès, uno de los referentes culturales de la ciudad que cuenta con cerca de 4.000 socios. Desde finales del pasado mayo ha dimitido su vicepresidenta primera, la exdiputada de ERC Gemma Calvet; el vocal Pep Martí, periodista e historiador; y el secretario, Xavier Muñoz, abogado de la Generalitat próximo al partido de Oriol Junqueras.

El historiador Jordi Casassas preside el Ateneu Barcelonès desde 2014. Ha ganado las dos últimas elecciones con un equipo que reunía diversas sensibilidades soberanistas. Sin embargo, después de la salida de Calvet, Martí y Muñoz se ha quedado sin ningún representante de la órbita republicana.

Muñoz renunció hace tan sólo unos días. Pese a que formaba parte de la junta de Casassas desde hace seis años, en los últimos meses se evidenciaron los desencuentros. La junta le excluyó de la comisión de programación cultural. Como secretario, Muñoz dejó constancia en el acta de la reunión de la junta del pasado julio que su exclusión tenia un “carácter ideológico”.

Los tres dimisionarios se han ido con elegancia, sin echar más lecha al fuego. Sin embargo, su marcha no ha pasado desapercibida en el Ateneu Barcelonès. Socios veteranos de esta institución apuntan que la junta de Casassas está dominada por el Pdecat y, más concretamente, por la “vieja guardia convergente”.

Jordi Pujol en el Ateneu Barcelonès

Casualmente, el 30 de mayo, el día que dimitió Gemma Calvet, el expresidente Jordi Pujol pronunció una conferencia en el Ateneo Barcelonès sobre la lengua catalana en la enseñanza. Casassas nunca ha sido convergente, aunque mantenga buenas relaciones con Pujol. Sin embargo, otros miembros de su junta obedecen al partido. El ejemplo más destacado es de Carles Llorens, que ocupó altos cargos en los gobiernos de Pujol y Artur Mas. En los últimos meses Llorens tuvo repetidos encontronazos con Calvet y Muñoz.

El pasado junio, Casassas envió una carta a los socios en la que atribuyó la dimisión de Calvet a la mala gestión de un premio literario. Muñoz se indignó por esta carta. En acta hizo constar que, en realidad, Calvet había dimitido por estar “en desacuerdo con las formas de actuar de la junta y de la propia organización”. También chocó con la gerente, Eulàlia Espinàs.

Las discrepancias van más allá de la política y también incluyen la gestión de la institución. En la junta de julio, Muñoz fue el único (ya no quedaba ninguno de los republicanos) que se opuso a alargar la concesión del restaurante del Ateneo Barcelonès hasta el año 2036.

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