Fallece Benegas, el alma del socialismo vasco

Conversador infatigable, fue el secretario de organización del PSOE en su etapa de máximo esplendor y también de decadencia

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Casa Manolo. Detrás del Congreso. En la barra José María Benegas. Caña en mano, el que había sido todopoderoso secretario de organización del PSOE se sumaba a la conversación, tras una pausa en el debate parlamentario.

Este cronista comentaba la situación de la política española con Jordi Casas, justo después de dejar su responsabilidad como delegado del Govern de la Generalitat en Madrid, y Txiqui Benegas, gran amigo del dirigente de Unió, entraba en juego para constatar la falta de mano izquierda del Gobierno del PP respecto a la situación de Cataluña. Era abril de 2014, y los diputados catalanes soberanistas defendían en el Congreso el llamado derecho a decidir, que fue rechazado ampliamente en la cámara baja. Reflexionaba con brillantez, con ironía, y con el conocimiento de la experiencia acumulada.

Benegas ha fallecido a la edad de 67 años. Fue secretario de organización del PSOE desde noviembre de 1984 hasta marzo de 1994, y vivió, por tanto, la etapa de esplendor del socialismo español, que encarnó Felipe González, pero también la decadencia que vivió el Gobierno a partir de 1993, con numerosos casos de corrupción, que se fueron arrastrando hasta las elecciones de 1996, que ganó, por primera vez, el PP de José María Aznar.

Clave en el estatuto de Guernica 

Pero Benegas fue, en realidad, el alma del socialismo vasco. El dirigente que trazó una estrategia prudente, pero sólida, para que el País Vasco pudiera comenzar a salir del túnel que supuso el franquismo, que fue particularmente duro también por la actividad terrorista de ETA. Uno de los analistas que mejor ha documentado aquel periodo es Gregorio Morán, quien, en su libro Los españoles que dejaron de serlo, publicado en 1982, alaba la figura de Benegas, determinante en la Constitución de 1978, y, principalmente, en el Estatuto de Guernica de 1979, buscando siempre la colaboración y el diálogo con el nacionalismo vasco moderado del PNV.

Txiqui Benegas nació en Caracas, en Venezuela, el 25 de julio de 1948. Licenciado en Derecho, fue diputado en el Congreso desde 1977, y por última vez en las elecciones de 2011, por Vizcaya.

Defensa de la libertad

El presidente del Congreso, Jesús Posada, le ha dedicado, sólo conocer la noticia de su fallecimiento, unas palabas de recuerdo, con un emotivo minuto de silencio y un enorme aplauso de toda la cámara. Las reacciones han sido constantes, desde el diputado y ex alcalde de San Sebastián, Odón Elorza, «una vida en defensa de la libertad», hasta el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que ha expresado sus condolencias a la «gran familia socialista».

Pero a Txiqui Benegas, al margen de todas sus contribuciones a la política española y vasca, se le recordará también por uno de los primeros escándalos periodísticos, cuando la Cadena SER, en abril de 1991, difundió unas conversaciones entre el político socialista y sus amigos Germán Álvarez Blanco y Fernando Múgica.

En ellas daba cuenta, en el «motorola», como decía Benegas, por telefóno, de las cuitas internas en el PSOE, llamando a Felipe González como «Dios», o «number one», y a Carlos Solchaga de «enano». La batalla entre guerristas y felipistas era cruenta, y Txiqui nunca escondió que era una de las grandes bazas del guerrismo.

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