Internet prescinde de oficinas, pero acerca a los trabajadores

En el día que se conmemora la red de redes, diferentes profesionales de prestigio analizan cómo las nuevas tecnologías han dado la vuelta al viejo concepto de empleo y de empresa

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El futuro, o tal vez deberíamos decir el presente, avanza mucho más rápido de lo que aparenta. Lo que hace diez años nos parecían quimeras, hoy son realidades cotidianas que asumimos como normales. Ahora la red lo abarca y, en cierta medida, lo condiciona todo. También nuestro puesto de trabajo.

En el año 2006, las Naciones Unidas proclamaron la fecha de hoy, 17 de Mayo, como el Día Mundial de la Sociedad de la Información, para promover la importancia y las oportunidades de mejora en las condiciones de vida a través de las TIC (Tecnologías de la información y la comunicación). Poco después, esta efeméride pasó a conocerse como el Día de Internet (o #diadeinternet). ¿Pero cómo está cambiando este nuevo paradigma al mundo empresarial? Y, sobre todo, ¿cómo la tecnología influirá en nuestros trabajos del futuro?

La consultora CYC ha puesto en marcha un proyecto digital (reimaginaeltrabajo.com) que indaga sobre el binomio entre tecnología y empleo, a través de diferentes conversaciones con destacados profesionales de diversos sectores.

​La irrupción digital

Se hace difícil pensar en una empresa que, a día de hoy, no tenga presencia en la red. Sea ésta grande o pequeña, offline o ubicada en internet, la pata digital de cualquier compañía no se reduce a la web corporativa o sus perfiles en redes sociales. Sino que, tal y como asegura Enrique Dans, profesor del IE Business School y reconocido bloguero, afecta a la médula espinal de la compañía.

Ante la pregunta de qué destacaría de la irrupción digital en el mundo empresarial, Dans apunta a dos cuestiones: «La primera es la bidireccionalidad. No importa cuál sea mi trabajo, tengo que buscar a los otros, darle una dimensión bidireccional, el lobo solitario lo tiene complicado hoy en día. La segunda es la relevancia: ¿Qué hace que mi trabajo se vea más o menos?» 

Un nuevo ecosistema

Las nuevas herramientas digitales han cambiado radicalmente los ecosistemas en los que trabajamos. Tanto es así que, para Fernando Botella, CEO de Think & Action –consultora especializada en innovación–, «el concepto de oficina debería desaparecer. Cualquier lugar debería ser la oficina«, comenta.

En este sentido el profesor Enrique Dans incide en cómo la capacidad de trabajo ya no está, como ocurría hasta hace poco, vinculada a un lugar físico. «Una persona puede ser enormemente productiva en su casa en zapatillas o viajando por el mundo», comenta. Algo que repercute directamente en la búsqueda de soluciones a problemas o imprevistos. «La tecnología multiplica la capacidad de conexión de las personas, dotándonos de la agilidad necesaria para dar la respuesta requerida», asegura Botella.

Reinventarse y fomentar la creatividad

Internet y las TIC no sólo han puesto patas arriba el concepto tradicional de empresa, sino que también obligan a que el trabajador, como profesional, reinvente la manera en la que se posiciona en el mercado laboral. Elena Pisonero, presidenta de Hispasat, habla de la importancia de «conocerse y hacerse valer, desarrollar una marca personal y ser conscientes de que nuestro valor añadido somos nosotros mismos»

«Creo que la palabra «trabajo» está pasada de moda, el futuro pasa por ser capaces de crear valor, por eso es tan importante creer en uno mismo. El trabajo ideal no existe. Nadie va a venir a ofrecérnoslo, tenemos que fabricarlo.», comenta Pisonero.

En relación a esta idea, Alfons Cornella, emprendedor y presidente de Infonomía, apunta a la importancia de fomentar nuestro valor añadido. «En un entorno de inteligencia artificial acelerada, la única solución de los humanos es volver a ser humanos, conscientes de nuestra capacidad diferencial: a nivel de creatividad, capacidad colaborativa, empatía, o intuición. En esa mezcla entre lo racional y lo emocional es donde la creatividad se desarrolla en todas sus acciones», comenta.

Qué nos depara el futuro

Para Íñigo Puente, director de Tecnun (la escuela de ingeniería de la Universidad de Navarra), «el futuro no está escrito». «En los próximos 50 años se van a inventar muchas más cosas de las inventadas en los 50 previos y, si no estamos listos y somos ávidos a la hora de implementar todas esas tecnologías, otros lo harán por nosotros. Tenemos que ir por delante.», comenta.   

Pero, ¿acabará suplantando la inteligencia artificial a las personas? Elena Pisonero da una respuesta curiosa a este dilema: «Si pensamos que una máquina puede llegar a sustituirnos estamos diciendo muy poco de nosotros mismos».

Economía Digital

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