La ANC y Òmnium se echan en brazos de Mas

Las entidades se inclinan por apoyar la pseudoconsulta del 9N y unas plebiscitarias con una lista conjunta encabezada por el President, tras reunirse de nuevo en el Palau

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La batalla está siendo cruenta. La política catalana vive en un permanente Dragon Khan, la que fue atracción estrella de Port Aventura. La expresión la utilizó el ex conseller de Governació, Joan Carretero, en las filas, en el primer tripartito, de Esquerra Republicana. Y sigue ahí, bajando y subiendo. Pero ahora el salto promete ser mucho mayor.

El President Artur Mas está dispuesto a hacer lo posible para que la pseudoconsulta que ha propuesto para el 9 de noviembre sea un éxito, y para que, en el caso de convocar elecciones con carácter plebiscitario, la lista conjunta que aglutine al mundo soberanista sea una realidad.

Pero para conseguirlo, la lucha es enorme. Este jueves no dudó en reunirse en el Palau de la Generalitat con Carme Forcadell, y Muriel Casals, las dos dirigentes de la ANC y de Òmnium, representativas de esa sociedad civil que ha protagonizado las grandes movilizaciones en la calle desde 2012.

Presión a ERC

Y Mas está a punto de lograr que la Asamblea Nacional Catalana (ANC) secunde todas sus propuestas. La entidad que preside Carme Forcadell es determinante. Y ya se inclina por el President Mas. La otra organización cívica, Òmnium Cultural, presidida por Muriel Casals, ya está en la órbita de Convergència, y defiende una lista unitaria, protagonizada por los partidos políticos, con Mas de cabeza de lista.

Las dos entidades han mantenido reuniones de última hora con responsables de Convergència y de Esquerra Republicana. La presión en todas las direcciones es enorme, porque de la ANC –en menor medida de Òmnium– depende la suerte de Mas y del proceso soberanista.

La ANC tiene registrada una marca como partido, que podría despertar si lo considera necesario. Pero más que esa advertencia, lo importante es conocer si la entidad avala la pseudoconsulta del 9N, aportando los 20.000 voluntarios que el Govern de la Generalitat necesita para el operativo, y si apuesta por esa lista que lleve a Esquerra a un callejón sin salida.

Convergència, por una «lista de país»

Convergència trabaja, y así lo admitieron este jueves el conseller de Presidència, Francesc Homs, y el coordinador general de CDC, Josep Rull, en una lista “de país”, en la que se pueda integrar a miembros de partidos, a dirigentes de la sociedad civil, a miembros del mundo cultural, y a prohombres, en general, de la sociedad catalana.

La lista podría incorporar a figuras, en puestos simbólicos, como Lluís Llach o Josep Guardiola, o escritores y escritoras de prestigio. Todo, eso sí, liderado por el President Mas. Es lo que quiere la ANC, y, en menor medida Òmnium. Pero es lo que quiere, o acepta, Convergència, porque sabe que no puede ir a unas elecciones anticipadas en solitario. Y asume que la refundación del partido sólo puede llegar tras una operación que ya se denomina “el partido del President”.

¿Grupos parlamentarios? ¿Qué es eso?

¿Y qué pasaría con todos esos nombres, que podrían lograr una mayoría absoluta en el Parlament, al día siguiente de las elecciones? “Eso ahora es una cuestión que queda lejos”, se asegura, por parte de dirigentes nacionalistas que conocen la operación. Se debería formar un Govern, y grupos parlamentarios. Nadie quiere abordar ahora esa circunstancia.

La idea es lograr la lista conjunta, ver qué posibilidades tiene de alcanzar la mayoría absoluta y ya se verá.

Para este domingo, las dos entidades han convocado una concentración en la Plaza Catalunya, y en ese momento anunciarán su hoja de ruta, que irá en la dirección que defiende Convergència, si no se produce una sorpresa de última hora.

La gran duda, ¿Una operación para mantenerse en el poder?

¿Y Esquerra? Esa es la jugada: presionar a los republicanos, que confiaban en la ANC para plantarse ante la propuesta de pseudoconsulta de Mas.

Sus dirigentes apuestan por esa “lista de país”, pero desconfían de las intenciones reales de Convergència, y dudan de que esa lista la deba encabezar Mas. Pero deberán tomar una posición muy pronto. Si la ANC aprieta el acelerador hacia el 9N, Esquerra no se podrá quedar por detrás.

La operación plantea, como ocurrió con el Estatut, una nueva duda. ¿Desea Mas esa lista conjunta para apostar sin más dilación por la independencia de Cataluña o se trata de mantenerse en el poder y facilitar a Convergència una salida para poder refundarse?

“Todo esto ahora puede ser circunstancial, el movimiento soberanista puede suponer también una regeneración de la política catalana, con nuevos partidos, y nuevas fórmulas de representación”, apuntan distintas fuentes nacionalistas.

La política catalana podría estar, por tanto, a punto de saltar de nuevo de pantalla. Aunque nadie de los actores implicados sabe hacia dónde se dirige.

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