La elección de Puigdemont en Cataluña deja a Sánchez sin opciones de llegar a la Moncloa

Los socialistas asumen la enorme presión que recibirán ahora para formar una gran coalición con el PP

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Se acabó la especulación. No hay alternativa. Pedro Sánchez acababa de regresar de Portugal, donde apostó por un gobierno de izquierdas, a la portuguesa, y se topó con el acuerdo de este sábado entre Junts pel Sí y la CUP para elegir a Carles Puigdemont como nuevo presidente de la Generalitat.

Todo ha cambiado. La razón no es otra que la propia fuerza parlamentaria de Esquerra Republicana y de Convergència en el Congreso, con nueve y ocho escaños respectivamente. Son 17 votos que serían imprescindibles, no ya para un apoyo afirmativo a Sánchez, si no para lograr una abstención que le permitiera al líder del PSOE sumar con Podemos y lograr la presidencia del Gobierno.

Los números no salen. Y la apuesta para atraer a esas dos fuerzas políticas implicaría el compromiso, por lo menos, con la convocatoria de un referéndum en Cataluña, que rompería por la mitad al partido.

Un Gobierno con Podemos y Ciudadanos

Fuentes socialistas mantienen desde hace semanas un mensaje que defiende, con más determinación, el PSC de Miquel Iceta. Se trata de lograr el apoyo de Podemos, pero también de Ciudadanos, con un programa ambicioso de reformas, que no pasaría por ese referéndum.

En el caso de que los partidos que lideran Pablo Iglesias y Albert Rivera no quisieran participar, entonces el PSOE podría ir a unas nuevas elecciones con un latiguillo claro: son los otros los que no desean un cambio en España que pase por desalojar al PP de Mariano Rajoy del gobierno español.

Esos pasos se comprobarán en breve. Este miércoles se constituye el Congreso, y Mariano Rajoy tiene pensado un discurso esclarecedor, con una invitación al PSOE para que participe de un gobierno amplio, con un paquete también de reformas, que incluya, incluso, cambios en la Constitución.

El comunicado de Moncloa

El PP presionará en las próximas semanas a los socialistas sin remisión, con una carta en la manga que los expertos en demoscopia corroboran: si hay nuevas elecciones, el PP tendrá las de ganar, porque el voto útil les favorecerá en perjuicio de Ciudadanos, y el PSOE podría perder también en beneficio de Podemos.

Tras conocer el acuerdo en Cataluña, Moncloa difundió un comunicado reclamando un gobierno de «amplia base parlamentaria», y advirtiendo de que hará cumplir la ley, a partir de lo que suceda con el nuevo Ejecutivo de Carles Puigdemont, y con la hoja de ruta soberanista pactada, que pasa por poner en marcha una Hacienda propia catalana y una Seguridad Social.

El PP lo tiene claro. Y ahora depende de las decisiones que tome la dirección del PSOE. Todo en manos de Pedro Sánchez, que debe calibrar lo que le conviene más al conjunto de España, pero también la decisión que menos daño le puede hacer al PSOE, admitiendo que todo lo que haga tendrá costes para los socialistas.

Economía Digital

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