La izquierda intelectual prepara la alternativa al PSC

Carod-Rovira, Ernest Maragall y Josep Ramoneda reclaman una “izquierda fuerte y soberana”

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El ciclo que se iniciará tras las elecciones catalanas del 25N promete sorpresas. La voluntad del president Artur Mas de convertir la próxima legislatura en un proceso constituyente, obligará a todo el arco parlamentario a posicionarse.

Y la izquierda catalana quiere tener un papel protagonista, aunque pueda quedar fragmentada e, inicialmente, marginada.

Por ello, a sólo cuatro días del inicio de la campaña electoral, un sector de la izquierda catalana, representativa de lo que fue el tripartito, con una inclinación intelectual clara, ha defendido en un acto público la necesidad de confluir en un nuevo proyecto político unitario, que supere el papel que ha ejercido el PSC.

Romper la hegemonía de CiU

El objetivo es convertir a la izquierda catalana en una alternativa de gobierno seria a los gobiernos de CiU, con la voluntad de conseguir que la federación nacionalista no sea hegemónica en Catalunya, como lo es ahora, al margen de si consigue o no la mayoría absoluta en las urnas.

Uno de los dirigentes que más ha trabajado en ello ha sido Josep Lluís Carod-Rovira, que ha establecido una gran complicidad con Ernest Maragall. En las últimas semanas se ha podido ver a los dos dirigentes, que tienen una clara vocación intelectual, reunidos en lugares públicos de Barcelona para preparar el terreno.

Pero junto a ellos, en el Col·legi de Periodistes, también estaba el filósofo Josep Ramoneda y el eurodiputado de ICV, Raül Romeva. La idea, según Carod, es conseguir “una izquierda nacional fuerte, con vocación de mayoría y cultura de gobierno, soberana y soberanista”.

Dirigentes de ICV

La presencia también en el acto del candidato a la Generalitat de ICV, Joan Herrera, y la secretaria general de ERC, Marta Rovira, ha manifestado la voluntad real de las fuerzas políticas de izquierda de buscar algún acuerdo después del 25N para establecer una mayoría electoral en el futuro.

El problema que surge es cómo lograr una fuerza política nueva más allá de la suma de las distintas siglas.

Con el PSC, pero no desde el PSC

Josep Ramoneda se ha referido al gran reto que, en realidad, se plantea esa unión de la izquierda. El proyecto, aseguró este lunes, debe contar con el PSC, pero no debe establecerse desde el PSC. Es decir, los socialistas catalanes son imprescindibles, pero ya no pueden ser la única columna vertebral de la izquierda catalana.

Eso se verá, aseguran fuentes cercanas a los dirigentes más catalanistas del PSC, después de las elecciones del 25N. Tanto ERC como ICV podrían tratar de igual a igual al PSC, porque los resultados equilibrarán las fuerzas de todos los partidos de izquierda. No habrá un segundo partido, como el PSC hasta ahora, que sea una alternativa real, por sí solo, a CiU.

Sin presencia de socialistas

Sin embargo, los dirigentes del PSC llamados a ocupar este espacio, o a ayudar para conseguir esa unidad, no estuvieron presentes. Uno de ellos, el más comprometido intelectualmente, es Antoni Castells. De hecho, la frase de Ramoneda, que recuerda que el nuevo proyecto político debe contar con el PSC, pero no debe partir desde el PSC, es también una frase de Castells, que ha ido repitiendo desde que salió del Govern, como conseller de Economia, al final de la legislatura del president Montilla.

El ritmo de Castells

Castells, sin embargo, entiende que el “ritmo” debe ser otro. Y que el acto de este lunes podría ser precipitado. En realidad, ninguno de los dirigentes más catalanistas del PSC, el propio Castells, Montserrat Tura o Joaquim Nadal, no quieren interferir antes del inicio de una campaña electoral. Y otros dirigentes, como Marina Geli o Àngel Ros, forman parte de las listas del PSC para el 25N.

Acuse de recibo

En el acto, Ernest Maragall ha admitido que el manifiesto de los 300 intelectuales federalistas demuestra que la izquierda española ha hecho “acuse de recibo” de que ha entendido que «se debe dar una respuesta a la reivindicación catalana”, pero se ha preguntado si será capaz de plantear una alternativa al independentismo.

Romeva, político activo y militante de ICV, ha apostado por una “confluencia de espacios” entre las distintas fuerzas de la izquierda catalana: “Estamos condenados a entendernos”, ha sentenciado, recordando la unión de las izquierdas en Italia que se dio a conocer como El Olivo.

La apuesta de Navarro

El PSC, por su parte, sigue su particular camino. El candidato a la Generalitat, Pere Navarro, aseguró este lunes que no aceptará “consultas de la señorita Pepis”, en referencia a la voluntad de Artur Mas de convocar un referéndum aunque no cuente con el acuerdo del gobierno español. Para Navarro, si se formula esa consulta, que el PSC ha denominado como “derecho a decidir”, debe ser respetando la legalidad.

Con pocos recursos

Los socialistas catalanes afrontan la campaña con pragmatismo y sobriedad, admitiendo que, en realidad, la apuesta, con Pere Navarro al frente, debe comenzar el día 26 de noviembre. Pese a una cierta resignación, el PSC cree que podrá obtener un resultado digno si trabaja con acierto en la campaña electoral. Pero los recursos económicos son escasos.

El PSC se gastará en sus actos y mítines un 33% menos que en los comicios del 2010. En total, 2.161.000 euros, según los cálculos del partido. Hace dos años, el gasto en campaña se elevó hasta los 2,9 millones de euros.

La fuerza política que lidera Pere Navarro es la tercera que hace público su presupuesto de campaña, tras ICV-EUiA y Ciutadans. Para cuadrar las cuentas, además, la dirección socialista ha tenido que solicitar a sus cargos públicos una parte de su sueldo.

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