Los consellers de Artur Mas se resisten a dejar el acta de diputado

CiU quiere incorporar con esa medida a cargos que se quedaron fuera del Parlament

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Un diputado en un grupo parlamentario amplio tiene algunas ventajas. Una de ellas es que el cargo se convierte en un puesto de trabajo más o menos estable durante cuatro años. Salvo un adelanto electoral, claro. Entonces, suenan todas las alarmas en el seno de un partido político, porque, si se produce un descenso electoral, se pierden recursos, y los diputados anteriores se quedan en la estacada.

CiU perdió 12 diputados en las elecciones del 25N, después de que Artur Mas decidiera adelantar las elecciones autonómicas. Y CiU ha decidido paliar la situación económica de algunos de ellos con una medida que ya había adoptado el anterior gobierno tripartito: los consellers que tengan acta de diputado deberían dejarla, para dar paso a los diputados que se quedaron fuera del Parlament.

La reflexión de Santi Vila

Pero no es del agrado de todos. Sólo han aceptado la indicación, por el momento, el conseller de Política Territorial i Sostenibilitat, Santi Vila, y la consellera de Benestar i Família, Neus Munté. La reflexión de Vila es importante, porque refleja, precisamente, el problema político que se deriva de esa decisión. En su cuenta de Twitter, Vila afirma que Convergència le ha pedido que renuncie al acta de diputado. “Lo voy a formalizar, disciplinadamente. Pierdo la legitimidad popular y me debo, sólo, a la confianza del President y…a la propia conciencia”.

Es exactamente eso. Los diputados deberían deberse a sus representados, a los ciudadanos que le han elegido en una determinada circunscripción. Pero esa reflexión sería más propia en un régimen parlamentario que estuviera regido por un sistema electoral mayoritario, o por un sistema más proporcional, pero con listas abiertas.

En el sistema político español y catalán esas diferencias no se pueden establecer, porque el diputado es elegido en una lista cerrada por la cúpula de un partido. En ese caso, Santi Vila entró en las listas de CiU en gran medida porque el propio Artur Mas aprobó su confección, aunque en el transcurso de ese proceso se pronunciaran agrupaciones locales o comarcalesm de CDC.

El relevo de Mas debe ser diputado

En todo caso, algunos consellers se lo piensan. Otros han decidido no renunciar al acta de diputado, como la vicepresidenta del Govern y consellera de Governació, Joana Ortega. El argumento es que institucionalmente su voto “es importante en determinadas leyes”.

Felip Puig, titular del Departament d’Empresa i Ocupació, no se ha decidido. La de Ensenyament, Irene Rigau, y el de Justícia, Germà Gordó, consideran que debe ser el partido el que decida.

En la decision de CiU también hay otra circunstancia. El acuerdo de gobernabilidad con Esquerra exige un trabajo diario y complejo en el Parlament. Y todos los diputados de la federación nacionalista deben dedicarse por completo a ese cometido. A los consellers, de hecho, les incomoda la vida parlamentaria, con interpelaciones y preguntas periódicas, y consideran, aunque públicamente les cueste admitirlo, que les roba mucho tiempo.

A pesar de ello, ser diputado es muy importante. En caso de que Artur Mas dimitiera, o que CiU considerara que deberia proponer a la cámara parlamentaria otro candidato a la presidencia de la Generalitat, éste debería tener el acta de diputado. Y uno de los que la tienen es el ex conseller Lluís Recoder.

Por parte de Unió Democràtica, al margen de Joana Ortega, no se han pronunciado todadavía con claridad el titular de Interior, Ramon Espadaler, y el de Agricultura, Josep Maria Pelegrí.

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