Mas culpa al PP y al Constitucional de su deriva independentista

"Actuamos en legítima defensa para tener lo que nos corresponde", dice el presidente de la Generalitat

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La culpa no fue del chachachá, ni de los nacionalistas que vieron en la independencia un filón para ganar votos. La culpa es del PP y del Tribunal Constitucional a quienes Artur Mas achaca su deriva independentista.

El presidente de la Generalitat ha hecho este martes balance de su gestión de la legislatura tras la última reunión del Consell Executiu antes de las elecciones del 27 de septiembre. Y ha aprovechado para explicar por qué aboga por la secesión de Cataluña.

Un camino sin salida

Es por el fracaso del Estatut: «En septiembre de 2005 se intentó poner al día el autogobierno con el nuevo Estatut. Se siguieron escrupulosamente los caminos marcados por la Constitución. Pero en 2010, el Constitucional,  un poder mediatizado por influencias políticas, convirtió ese camino en un camino sin salida», ha explicado Mas.

«Y luego llegó el PP que nos ha hecho ir hacia atrás en el camino de mejor el autogobierno con un ataque sistemático a la autonomía», ha continuado su relato. Por eso, Mas se ha visto legitimado para «actuar en legítima defensa para tener lo que nos corresponde» y se ha convertido al independentismo.

Balance sin datos concretos

Pese al contenido de su discurso, que ha continuado por los derroteros de los continuos agravios que Cataluña sufre a manos del Estado, el president ha asegurado que lo suyo no es victimismo, porque «victimista es quien se queja y no hace nada y nosotros queremos cambiar las cosas».

La comparecencia de Mas, realizada a la mañana siguiente de convocar unas elecciones que, en su opinión, son plebiscitarias, tenía como objetivo hacer balance de su gestión. Mas ha dicho, aunque sin dar datos concretos, que la sanidad y las universidades catalanas «son las mejores de España».

Silencio sobre el paro y los recortes

También ha asegurado que la política penitenciaria de la Generalitat da buenos frutos «porque es la zona de Europa con mayor índice de reinserción de presos». Ha añadido que la Formación Profesional «va bien» en Cataluña y que esta comunidad «ha logrado una internacionalización de su economía sin precedentes».

Eso es todo. Mas no ha hablado del paro, ni de los recortes, ni de las elevadas tasas universitarias que pagan los estudiantes catalanes, ni de las privatizaciones sanitarias, ni de que los catalanes son los españoles que sufren una mayor presión fiscal…

Lo que sí ha dicho es que Cataluña debe construir su propio Estado «porque así será en país mejor y su gente vivirá mejor».

Preparado para «la guerra sucia» del Estado

Por último, ha desvelado que no le «sorprendería» que a lo largo de la campaña surjan informaciones relativas a nuevos «falsos casos de corrupción» que afecten a su partido, Convergència, pero ha asegurado que no responderá «a la mentira de turno» y que él no entrará «en la guerra sucia».  

   

 

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