Mas se lanza a la yugular de la CUP en su primer mitin electoral

El president da el pistoletazo de salida a la precampaña ahondando en la división del partido anticapitalista

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La campaña electoral ha arrancado. Aunque Artur Mas afirma que mantiene la esperanza de que la CUP cambie de opinión y lo invista. Aunque Oriol Junqueras ha invitado a todos los implicados en la negociación a agotar el plazo. Aunque Súmate ha asegurado que todavía hay margen para llegar a un acuerdo. Aunque Joan Tardà ha pedido de forma abierta a Mas que dé un paso atrás y deje vía libre a otro candidato.

Pese a todos estos «aunques», la posibilidad de evitar la repetición de las elecciones es casi inexistente. Mas no va a dar su brazo a torcer. El martes explicó que ya ha hecho todo lo que tenía que hacer, que ha cedido lo indecible ante la CUP y que no piensa hacer una nueva oferta. O es candidato, o se celebran nuevos comicios el 6 de marzo.

Críticas de Mas a la CUP

Tampoco en la CUP parecen dispuestos a cambiar de opinión. Han discutido, debatido y celebrado infinidad de asambleas. Se han peleado entre ellos y están a punto de partirse. Algunas federaciones de Girona ya han puesto en marcha nuevas asambleas para ver si dejan el partido. Su líder, Antonio Baños, ha renunciado al acta de diputado y se ha abandonado la formación. La CUP quiere a cualquiera como presidente menos a Mas y no hay ningún indicio de que, después de todo ese trasiego, se plantee dar marcha atrás.

Con este panorama, las elecciones están a la vuelta de la esquina. Mas lo sabe y por eso aprovechó su comparecencia del martes, realizada desde el Palau de la Generalitat y no desde la sede de su partido, para dar el pistoletazo de salida a la precampaña ahondando en el argumento de que la CUP no es de fiar y que los independentistas de verdad nunca debieron votarla.

Discurso «frontista y fraticida»

La CUP consideró una «falta de respeto» las palabras de Mas. Una de sus diputadas, Anna Gabriel, no tardó en contestarle al ver en el discurso del president un contenido «frontista y fraticida». Pero todo apunta a que ése será el tono de la contienda electoral que se avecina.  

El ataque a la CUP será sin duda una de las estrategias de CDC, hoy convertida en Democràcia i Llibertat, durante la campaña. Será también uno de los argumentos de ERC. Pues lo más probable, aunque aún no se ha hecho público, es que ambas formaciones se separen y no reediten la coalición Junts pel sí con la que concurrieron a las elecciones del pasado 27 de septiembre.

Lista de izquierdas

Junqueras sabe que el viento sopla a su favor. Su gran rival es CDC, pero los convergentes están muy castigados por los recortes y por la corrupción. Mas tiene muchos fans, pero también habrá quien le reproche su insistencia en ser presidente que es, al fin y al cabo, lo que ha provocado la repetición de las elecciones. Es muy posible que esos votantes se inclinen ahora por Junqueras. Lo mismo que muchos de los que confiaron en que la CUP haría cualquier cosa, incluso investir a Mas, por la independencia.

Pero todo eso no significa que ERC se postule como ganadora de las elecciones. Tenía muchos puntos para alzarse con la victoria en Cataluña en las generales del pasado 20 de diciembre y al final fue la coalición de Colau con Podemos quien se llevó el gato al agua. Este martes, la alcaldesa de Barcelona insinuó que no se presentará como candidata a la presidencia de la Generalitat, aunque luego dejó abierta la puerta a encabezar una lista de izquierdas en los nuevos comicios del 6 de marzo.

División en la CUP

La división de la CUP es un secreto a voces. Y también el hecho de que una buena parte de los anticapitalistas estarían encantados de aliarse con Colau, con Podemos y con Iniciativa. ¿Es posible un frente de izquierdas que apueste por celebrar un referéndum antes que por la independencia? Es pronto para decirlo, pero es una posibilidad latente. Una candidatura de esas características tendría opción de ganar las elecciones.

Perjudicaría a ERC y a CDC y también al PSC, que ya en septiembre salvó la situación gracias a la buena campaña que hizo su líder, Miquel Iceta. Y es que también es incierto el futuro de los partidos no independentistas. En septiembre, lograron que su electorado se involucrase al máximo y consiguieron batir el récord de participación. Tanto es así, que Ciudadanos, con 25 escaños, quedó como segunda fuerza política del Parlament.

Panorama incierto

Pero ahora está por ver qué pasará y si el cansancio del electorado, harto de acudir a las urnas cada dos por tres, no le pasa factura a las fuerzas anti secesionistas. Unos partidos que, además, competirán entre sí. El 20D, Ciudadanos pinchó respecto a sus expectativas. Algunos votantes vieron en la formación naranja una marca blanca del PP y optaron por los populares. ¿Se repetirá esa situación?

El panorama se presenta muy incierto. Ya lo vaticinó Oriol Junqueras el lunes cuando en una comparecencia, también un tono de mitin, avisó de que si se repiten las elecciones, es muy probable que el Parlament quede aún más fragmentado de lo que está ahora y que de nuevo sea imposible formar Gobierno.     

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