Ofensiva de Mas-Colell en Bruselas para que Rajoy no ahogue las autonomías

El conseller de Economía envía una carta a Olli Rehn para que entienda las razones de Catalunya

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Siempre es mejor que quien tenga que decidir tu futuro reciba el mensaje de forma correcta. Y si el diálogo se produce sin intermediarios, mejor todavía. Es lo que ha decidido hacer el conseller de Economía, Andreu Mas-Colell, agobiado por la situación financiera de la Generalitat, y desesperado porque el Gobierno español, pese a las buenas palabras de los últimos días, sigue sin tomar decisiones.

Mas-Colell ha enviado una carta al vicepresidente de la Comisión Europea, Olli Rehn, en la que le pide que atienda las razones de Catalunya, y, por tanto, de las autonomías, para que la flexibilización de los objetivos de déficit para 2013 no repercuta únicamente en la administración central. Es, de hecho, una petición sin matices para que Bruselas vigile muy de cerca al Gobierno de Mariano Rajoy y no le permita ahogar a las autonomías.

La Comisión Europea se dirige a los estados, no a las autonomías o regiones de cada miembro de la Unión Europea. Y eso lo sabe el gobierno catalán. Pero la decisión de Mas-Colell radica en la desconfianza con el Gobierno español, que, a pesar de los intentos de dirigentes políticos y empresariales para limar las diferencias, se va incrementando.

Ayuda para todas las autonomías

Mas-Colell, en todo caso, está trabajando para Catalunya, pero también para el resto de comunidades autónomas. El conseller le comunica a Olli Rehn que Catalunya cree en el “objetivo de la estabilidad fiscal”, pero considera que en una situación de recesión el ajuste se debe acompasar en el tiempo. Y que, en el caso de España y, ante las perspectivas macroeconómicas para 2013, el objetivo es que el déficit del 4,5% que se ha fijado “puede disponer de una cierta prórroga”.

Eso está claro, y el propio Ejecutivo español lo defiende con vehemencia. Pero lo que Mas-Colell añade en la carta a Olli Rehn es que la distribución del objetivo de déficit entre las diferentes administraciones sea equitativo. Y para ello, no duda en recordar una resolución del Parlamento Europeo del 16 de enero de 2013, en la que se señala que “los esfuerzos de consolidación fiscal se deben repartir de manera justa entre las diferentes administraciones, teniendo en cuenta los servicios que prestan”.

Agonía diaria

Para la Generalitat, que sufre una agonía en su día a día, y que ha pedido al Fondo de Liquidez Autonómico para 2013 un total de 9.073 millones de euros para financiarse, una flexibilización del déficit podría ser un bálsamo de enorme importancia. Las autonomías deben cumplir en 2013 con un déficit del 0,7% del PIB. Un margen mayor podría suponer para el Ejecutivo de Artur Mas hasta 1.600 millones de euros, que no debería recortar en el presupuesto de 2013.

Mas-Colell adjunta a la carta a Olli Rhen documentación para validar su argumentación. Y, aunque el objetivo para España no variara en 2013 –debe cumplir el 4,5%– si la redistribución fuera acorde con las responsabilidades de gasto de cada administración, las autonomías deberían tener un margen del 1,6%, nueve décimas más de lo que determinó el Gobierno español, con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, a la cabeza.

El propio Montoro ha asegurado que si la Comisión Europea, en su reunión de mediados de febrero decide flexibilizar el déficit de España, el margen beneficiará también a las autonomías. Pero Mas-Colell quiere que Bruselas se comprometa a ello. Que lo diga Bruselas, vaya, es una garantía más sólida.

Responsables del 36% del gasto

Los datos de los que dispone el conseller de Economia los comparte la totalidad de las comunidades autónomas. Las comunidades son las responsables de los capítulos fundamentales del gasto público, como la sanidad y la educación. Como media, los gobiernos autonómicos son los responsables del 36% del gasto público. La administración central lo es del 51% de ese gasto, y los municipios del 14%. Si se siguiera “un criterio racional” según el documento de Mas-Colell, la distribución del déficit sería muy diferente.

Para 2013, la administración central debe cumplir con el 3,8% del déficit; las autonomias con el 0,7%; y las corporaciones locales con el 0%. En total, el 4,5% mencionado anteriormente. Con la distribución en función del gasto, los porcentajes serían muy distintos: 2,3% para la administración central; 1,6% para las autonomías y 0,6% para los municipios.

Auto-derrota política

¿Es posible que se cumpla lo que pide Mas-Colell? En juego está la propia viabilidad económica de la Generalitat, angustiada por la falta de liquidez, y la percepción de que el Gobierno de Mariano Rajoy quiere someter a los gobiernos autonómicos. La confrontación política por el plan soberanista del president Artur Mas ha incrementado las desconfianzas, pero, en buena medida, el Govern de CiU ha optado por una línea dura, precisamente, tras comprobar que no tenía ningún margen financiero.

Por ello, la apelación a Bruselas de Mas-Colell es directa: “Teniendo en cuenta el reparto injusto de los objetivos de déficit por parte del Gobierno del Estado, pedimos a la Comisión que ejerza plenamente sus prerrogativas en términos de vigilancia fiscal y que inste a las autoridades españolas a trasladar a todas las administraciones, de una manera más justa, más proporcionada y legalmente más sólida, cualquier posible futura decisión de prórroga del Procedimiento de Déficit excesivo”.

Lo contrario, apunta Mas-Colell, “pone en peligro los objetivos de estabilidad, empujando el país entero hacia una posición de auto-derrota política”.

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