Puigdemont pidió 11.000 millones a China porque Cataluña está invadida

El Govern de Puigdemont tiró de un 'power point' elaborado durante la administración de Mas para convencer a China de otorgar un préstamo de 11.000 millones

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En un ejercicio para convencer a China de prestar hasta 11.000 millones de euros a la Generalitat, el Govern de Carles Puigdemont alegó que Cataluña fue «ocupada militarmente en 1714» y que desde entonces lucha por su independencia, mantieniendo durante tres siglos su «dignidad nacional» ante la adversidad acusada por el independentismo.

Josep Lluís Salvadó, el número dos de Oriol Junqueras en la consejería de Economía, guardaba en un pen drive un power point que tenía como objetivo persuadir a las autoridades chinas para otorgar un préstamo al Govern. El documento, escrito en inglés, fue elaborado en octubre de 2015, durante el gobierno de Artur Mas, y fue utilizado como carnada por Salvadó.

Presentación de Cataluña como Estado‘ es el título del documento, que dice que «hace mil años, Cataluña emergió del Imperio carolingio como un país independiente y mantuvo su propia organización política hasta el siglo XVIII». El contenido de la documentación se detalla en un reciente informe de la Guardia Civil, recogido por Europa Press.

El Govern catalán transmitió a China que Cataluña era una «potencia económica, política y de desarrollo cultural en el Mediterráneo, entre los siglos XIII y XV», pero que tres siglos más tarde fue «ocupada militarmente» por Francia y España, «perdiendo su independencia política y sus instituciones de autogobierno», pues su «lengua y cultura fue perseguida».

El Govern, a China: «Ganará el que más resista»

Este documento, según los investigadores, está relacionado con un correo electrónico encontrado entre los archivos de Salvadó y que fue enviado en mayo de 2016, en el que detalla algunas de las presuntas preguntas que formulaba el gobierno chino acerca del futuro banco central catalán y la declaración unilateral de independencia.

Al haber sido creado en la administración de Mas, el power point recalcaba la posibilidad de una ruptura con España tras las elecciones del 27 de septiembre de 2015 gracias a que un «48%» votó a favor de la independencia, lo que daba alas al Parlament de «crear su propia legitimidad a través de la legislación», contando con dos vías para la independencia.

Una vía, pensaba el Govern de Mas, era un referéndum que «no podrá ser evitado» por el Gobierno español, y la otra era la «separación unilateral» que permitiera al Govern actuar «como si Cataluña no fuese parte de España». En ese segundo escenario, ganaría «el que más resista», según la documentación incautada.

Y, bueno, además de vencer el más «resistente», lo haría, pensaba el independentismo, quien se preparase mejor. Por ello pedía dinero a China. Los miembros del Govern estaba preocupados por la posibilidad de no poder «sobrevivir económicamente» desde la declaración de independencia hasta la puesta en marcha de la hipotética hacienda catalana.

Además de los 11.000 millones de euros solicitados a China, el Govern necesitaba sumar otros 6.000 millones procedentes de los Ayuntamientos y otros 1.300 millones de ingresos propios para el mantenimiento económico de la «república».

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