Rajoy y Sánchez se juegan sus cabezas en el debate a cuatro

El líder del PP defiende la gestión del Gobieno y el candidato del PSOE busca el cuerpo a cuerpo con Pablo Iglesias, mientras que Albert Rivera tratará de arrinconar al presidente en funciones

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Todos preparados. El debate a cuatro, –a las 22.00 horas, en TVE, Antena 3, La Sexta, Telecinco– entre los principales candidatos a la presidencia del Gobierno, ha llegado este lunes, y puede condicionar de forma determinante las elecciones. Hasta un 30% del electorado se declara indeciso. Hay, sin embargo, por razones distintas, dos cabezas en juego, la de Mariano Rajoy y la de Pedro Sánchez, mientras que Pablo Iglesias y Albert Rivera llegan con el ánimo de hacer mella entre la ciudadanía, para castigar al PSOE y al PP, respectivamente.

Rajoy llega como presidente en funciones

La estrategia de Rajoy pasa por defender la gestión del Gobierno, con la mejora de la situación económica, y ofrecer «sentido común», con la idea de que no puede haber un gobierno sin la participación del PP, que será, según todas las encuestas, el partido más votado. El temor es que el debate se transforme en todos contra él. Pero Rajoy quiere buscar las contradicciones entre los diferentes candidatos. Su único objetivo es que el PSOE le de su apoyo, o, al menos, le permita la investidura con una abstención. Pero, debido precisamente a esa circunstancia, su cabeza está en peligro, porque Ciudadanos, que podría ofrecer el apoyo al PP, quiere, a cambio, el sacrificio de Rajoy.

Pedro Sánchez se la juega todavía más

Las encuestas dejan ahora a Pedro Sánchez en tercera posición, con un resultado peor que el 20 de diciembre. El hecho de que Podemos le deje por detrás significaría que, por primera vez, el referente de la izquierda ya no será el PSOE. Sánchez quiere buscar el cuerpo a cuerpo con Pablo Iglesias, para constatar que es el PSOE el único con opciones «realistas» para presentar un programa de gobierno. El líder socialista sabe, como Rajoy, que su cabeza está en peligro, porque el PSOE podría llegar a la conclusión, que es mejor, como mal menor, dejar gobernar al PP, pero sin Sánchez, y reclamando, también, la cabeza de Rajoy.

Pablo Iglesias quiere ser conservador

La posición del líder de Podemos será esta vez más fácil. Quiere jugar con cierta tranquilidad, porque le ampara el resultado de los últimos sondeos, el último el del CIS. Su objetivo es ofrecer un gran acuerdo al PSOE, pero sólo si queda por delante. Eso podría ser una trampa para el PSOE. Y es que esa suma podría ser suficiente, junto a los nacionalistas catalanes, para formar gobierno. Pero Iglesias debe cuidar su relato, porque el resto de candidatos desean incidir en su «poca» solvencia sobre los asuntos económicos.

Albert Rivera llega aprendido

No quiere Albert Rivera repetir lo que le ocurrió en el debate de las pasadas elecciones, cuando mostró más nerviosismo de lo habitual. Rivera necesita aparecer como un candidato que sabe enfrentarse al PP. Tampoco puede atacar al PSOE, porque firmó un acuerdo con los socialistas que posibilitó, de hecho, el discurso de investidura de Pedro Sánchez. Su objetivo es lograr una parte del electorado del PP. Y no lo tendrá fácil, porque Rajoy tiene previsto echarle en cara su pacto con los socialistas, para recuperar, precisamente, parte de los votantes más moderados que se fueron a Ciudadanos el 20 de diciembre.

Los cuatro se la juegan, aunque Rajoy y Sánchez saben que están en peligro sus propias carreras políticas, además del resultado para sus partidos en las elecciones.

Economía Digital

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