Rusia y Corea del Norte tratan de robar la vacuna de la Covid-19, según Microsoft

El gigante presidido por Bill Gates asegura que dos actores, uno ruso y otro norcoreano, atacaron laboratorios con el fin último de hacerse con el fármaco

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La guerra también se hace en el mundo digital. Varios laboratorios que investigan una vacuna fiable contra la Covid-19 han recibido varios ciberataques que pararon la actividad de sus laboratorios, como fue el caso de un ataque en el centro inidio Reddy’s Laboratory, que tuvo que parar su producción. 

Microsoft ha ido más allá, al denunciar que se han registrado varios ataques hacia investigadores líderes en Canadá, Francia, India, Corea del Sur y Estados Unidos. Según la compañía de Bill Gates, el responsable sería Strontium, «un acto originario de Rusia, y dos actores origionarios de Corea del Norte que llamamos Zinc y Cerium«. 

Pese a los intentos, que podrían tener como objetivo último el robo de investigaciones relacionadas con la vacuna, «la mayoría de los ataques fueron bloqueados por protecciones de seguridad». El malicioso ruso ha usado intentos en el inicio de sesión para robar las credenciales, mientras que Zinc y Cerium –ambos norcoreanos– se han basado en ataques de pishing. 

Ciberataques contra hospitales de todo el mundo

Los ataques no son nuevos, puesto que al principio de la pandemia salieron a la luz unos que se produjeron contra el Hospital Universitario de Brn en República Checa. Según ha publicado Las Provincias, el CNI también ha confirmado que esto se habría producido en España, en sistemas informáticos de varios hospitales. 

Scott Jarkoff, director de CrowdStrike en Asia-Pacífico para la región de Asia-Pacífico, señala que «los esfuerzos de espionaje dirigidos por el gobierno se están intensificando para lograr el objetivo de desarrollar vacunas covid-19».En el pasado mes de julio, Estados Unidos, Gran Bretaña y Canadá también acusaron al gobierno ruso de operaciones de espionaje destinadas a robar información de sus centros de investigación.

También en el mismo mes, el Departamento de Justicia de Estados Unidos acusó formalmente a dos ciudadanos chinos, acusados ​​de piratear en nombre de los sistemas informáticos de Beijing de cientos de empresas, gobiernos locales y organizaciones no gubernamentales.

La paranoia por el robo de vacunas se expande

Las farmacéuticas llevan tiempo preparándose contra las mafias y delincuentes que acechen. Y es que, tal y como han alertado las autoridades de la industria, a lo largo de la pandemia se han producido números hurtos de medicinas caras, test de coronavirus, mascarillas y EPI.

Las grandes compañías, como Moderna o Pfzier, se blindan ante posibles desastres. Los sistemas de protección contarán con una GPS de rastreo. No solo eso, las farmacéuticas planean jugar a la confusión para evitar asaltos con envíos falsos en camiones ficticios como táctica para despistar a posibles mafias o operativos dispuestas a robar el fármaco. 

También los hospitales y las farmacias han aumentado sus sistemas de seguridad. “Estamos debidamente paranoicos por todo lo que tenga que ver tanto con ciberseguridad como con seguridad física y estamos tomando muchas precauciones», explicó Paul Mango, subjefe de personal para políticas del Área de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos a Wall Street Journal

Novedad con la vacuna: Moderna consigue una efectividad del 95%

En este contexto de inseguridad cibernética, la farmacéutica estadounidense Moderna ha comunicado que su prototipo de la vacuna contra el coronavirus ha demostrado una eficacia del 94,5% en los ensayos clínicos con humanos, cuatro puntos más que el porcentaje comprobado por la compañía Pfizer, su principal rival en la carrera por suministrar un antígeno a nivel internacional.

Los desarrolladores han llevado a cabo las pruebas sobre un total de 30.000 personas voluntarias. A la mitad se les ha inyectado la vacuna, mientras que el resto han recibido un placebo. Únicamente 95 individuos han desarrollado una infección con síntomas después de haber participado en los ensayos, de los cuales 90 formaban parte del grupo que no ha recibido el fármaco real.

La compañía ha comunicado los resultados a la prensa pero todavía no ha hecho público el estudio completo con todas las fases de investigación. Esos datos ya están siendo revisados de forma acelerada por los reguladores sanitarios internacionales con el objetivo de dar luz verde a la comercialización de la vacuna si todo es correcto. El mismo punto en el que se encuentran los prototipos de Pfizer o de la Universidad de Oxford y Astrazeneca.

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