Sacyr hace un roto en Italia a Atlantia, socio de ACS en Abertis

El grupo español y el italiano Fininc gestionarán una autopista hasta ahora en manos de Atlantia, que pierde un activo importante

Manuel Manrique, presidente de Sacyr. EFE

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El grupo Sacyr y su socio italiano Fininc han conseguido la nueva concesión para la mejora y explotación dela autopista italiana A3, una de las más importantes del país, imponiéndose a la actual concesionaria, Atlantia, que también pujaba por renovar el contrato. Sacyr y Fininc gestionarán la autopista los próximos 25 años a través del consorcio SIS, en el que el grupo español tiene el 49% y el italiano, el 51%.

Atlantia, que es socia de ACS en Abertis, está pasando unos meses complicados después de accidente del Puente de Génova, bajo presión constante de que el gobierno italiano pueda tratar de retirarle la concesión, aunque esto supondría tener que abonarle una importante indemnización.

El contrato que acaba de lograr Sacyr, comporta una inversión en obra nueva para mejorar la infraestructura de 390 millones de euros, y generará una cartera de 2.700 millones y un resultado bruto de explotación de 1.400 millones, según fuentes del consorcio citadas por EFE.

Sacyr ya se disputó con Atlantia, propietaria junto con ACS de la española Abertis, la concesión de la gestión de la autopista en 2015, cuando se planteaba un contrato de 30 años por un valo de 800 millones de euros, pero entonces ninguna de las dos ofertas satisfizo las expectativas del Ministerio de Infraestructuras y Transporte italiano, por lo que la renovación no se llevó a cabo.

Una infraestructura clave

La A3, de 56 kilómetros, tiene una gran importancia porque une las localidades de Pompeya, Nápoles y Salerno, en el sur de Italia, y conecta los puertos de las últimas dos localidades con el resto de autopistas de la región, una de las de mayor densidad de población del país. De media, por ella circulan cerca de 170.000 vehículos al día.

SIS también es titular de la concesión de otra autopista en Italia, la Pedemontana-Veneta, una  infraestructura de nueva creación en el noreste del país cuyo primer tramo entró en servicio el pasado mes de julio y que requiere una inversión de cerca de 2.600 millones de euros.

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