Torra maniobra a la desesperada para atraer a la CUP

El gobierno de Junts per Catalunya y ERC echa el resto para convencer a la CUP de su apuesta rupturista, pero los antisistema dan la legislatura por perdida

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El presidente de la Generalitat, Quim Torra, ha agotado sus cartuchos para convencer a la CUP de que regrese al bloque soberanista. Torra echó el resto entre el lunes y el martes, primero con el impulso en Waterloo del llamado consejo de la república y luego con el anuncio del foro constituyente (que no es tal). De nada ha servido. «La legislatura está herida de muerte», ha concluido la CUP.

El gobierno de Torra sigue con la letanía de que hay que «seducir a otros espacios sociales y políticos», en alusión a la CUP, pero los antisistema no quieren saber nada de lobos independentistas con piel de cordero autonomista. Su consejo político ya abogó el pasado fin de semana por dar la espalda al gobierno de Junts per Catalunya (JpC) y ERC y sus cuatro diputados no van a tener inconveniente en hacerlo cuantas veces sea necesario.

La CUP ya se negó a ir de excursión a Waterloo el lunes para participar en una «reunión de trabajo» con Carles Puigdemont. Los antisistema abandonaron a Puigdemont y a su «gobierno en el exilio». Sólo 24 horas después, también degradaron el foro constituyente por «inconsistente».

Los antisistema no observan rastro de los trabajos que deberían realizarse para fabricar una constitución catalana, un extremo descartado por el presidente del foro, Lluís Llach.

Para la CUP, los dos nuevos órganos presentados esta semana solo contribuyen a «crear falsas expectativas». Y, respecto al encabezado por Llach, «no incorpora desobediencia ni le abre ningún frente al Estado», señaló la diputada Natàlia Sànchez.

Los cuatro diputados de la CUP insisten en que el «mandato» que ha recibido el gobierno de Torra es «el de la unilateralidad y la desobediencia». Y siguiendo esta lógica, exigió a JpC y a ERC a que cambien «el ‘hacer república’ retórico y simbólico por el ‘hacer ruptura'». Sin embargo, los antisistema están convencidos de que eso no pasará.

JpC y ERC consideran que queda legislatura

Ante las críticas, los partidos del gobierno catalán, cuyo enfrentamiento por los diputados suspendidos propició hace dos semanas la pérdida de la mayoría independentista en el Parlament, justificaron su apuesta e insistieron en señalar que no pueden hacer más frente a la «represión» aplicada a su juicio por el Gobierno y la judicatura.

«Es una legislatura complicada, porque estamos en un territorio completamente nuevo», dijo la portavoz en el Parlament de ERC, Anna Caula, que trató de dar brillo al foro constituyente comparándolo con dos experiencias de democracia participativa desarrolladas en la última década: la convención constituyente de Irlanda que desarrolló sus trabajos entre 2007 y 2009 y la National Conversation escocesa que entre 2012 y 2014 elaboró varios informes previos al referéndum de autodeterminación.

Por su parte, el portavoz adjunto de JpC, Eduard Pujol, recordó que la postura de la CUP «no ha cambiado en los últimos meses» e insistió en que «la legislatura continúa viva».

 

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