Nunca visto: esta es la primera biblioteca con piscina

En la ciudad de Huizhou este edificio circular que se asoma a un precipicio está coronado por una piscina, con la idea que los visitantes puedan ‘zambullirse’ en el conocimiento

La piscina superior es un espacio de relax. Foto Jin Weiqi

Nadie discute la pasión de los diseñadores y arquitectos de China por tener el edificio de formas más extrañas o audaces. Y esta creatividad, con límite difuso con el afán de protagonismo, tiene un campo fértil en las bibliotecas y librerías.

Uno de los últimos proyectos que se han conocido es el de la biblioteca bautizada Gota de agua, creada bajo las líneas de 3andwich Design y He Wei Studio

El edificio se encuentra cerca de la ciudad de Huizhou, en la provincia de Guandgdog, al sur de China.

La biblioteca se integra con las montañas y el mar. Foto Jin Weiqi

Aprovechar el precipicio

El estudio aprovechó la estratégica ubicación en un promontorio en una colina, y diseñó un edificio circular con paredes de vidrio, que permite a los visitantes tener vistas en 270 grados sobre los valles del norte y el Mar de la China Meridional al sur.

Uno de los detalles más curiosos del edificio es que su techo, que presenta una ligera concavidad, es una piscina. Pero no se trata de un sitio donde uno se pueda bañar y hacer fotos para presumir en redes con el paisaje de fondo, sino un espejo de agua que forma una unidad con el entorno.

El pasillo da la idea de lo duro que es llegar al conocimiento. Foto He Wei

La idea es dar la idea que la biblioteca está sumergida, en una integración visual con el mar que se ve a poca distancia

Según el estudio, la idea es dar la idea que la biblioteca está suspendida en el aire, pero que si se la ve desde otros ángulos se confunde con el mar, como si estuviera sumergida.

El acceso

A la terraza acuática se accede desde una larga plataforma de acceso que acerca al visitante desde la colina.

El objetivo es que a través de esta pasarela el visitante sea guiado por la estructura, que dirijan su atención a la piscina y al mar que se extiende por detrás.

El interior diáfano de la biblioteca. Foto Jin Weiqi

Visto desde el aire, ese largo muro blanco y la estructura circular de la biblioteca recuerdan a un tocadiscos.

Al atardecer, cuando el sol se esconde detrás del mar, las sombras en el corredor se alargan y dan un insólito toque romántico a las instalaciones.

El interior de la biblioteca

La sala de lectura principal es luminosa, mientras que los libros están dispuestos en un anillo interior. Ese sector da a otras dependencias, como una sala de lectura más oscura, un salón de té, un bar y los baños.

Como si la luz externa no fuera suficiente, el mobiliario de la sala de lectura es blanco.

La piscina se confunde con el mar y el cielo. Foto Jin Weiqi

El sacrificio al conocimiento

Uno creería que se puede acceder a esta biblioteca como a cualquier otra, pero no. En línea con la filosofía budista de que hay que hacer sacrificios para alcanzar un bien superior, para llegar al edificio hay que subir por la ladera norte de la colina, como si fuera el ‘camino a la montaña de los libros’.

Llegar a esta biblioteca no es fácil, en línea con la filosofía de que hay que hacer un sacrificio para alcanzar el conocimiento

El corredor con su estética de líneas rectas y ausencia de adornos potencia la sensación de agobio; pero al final llega la recompensa, el espacio diáfano de la piscina y tras descender por unas escaleras, entrar a la biblioteca para que uno pueda ‘zambullirse’ en el conocimiento.

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